El Diario

El reto de ir a la Universida­d

Joven mexicano pide ayuda en internet para pagar sus estudios de arquitectu­ra

- Jorge Mederos/EFE CHICAGO, ILL.-

$106,700 dólares. Esa es la cifra que Juan Muñoz descubrió un día que debe reunir si quiere terminar sus estudios de arquitectu­ra, y todo por un problema que muchos “soñadores” enfrentan: pagar sus estudios universita­rios con recursos propios, sin becas, préstamos u otro tipo de ayuda estatal.

Con 24 años, de los cuales 20 vividos en Detroit (Michigan), Juan tiene dos empleos. Desde 2013 trabaja en un desguace de automóvile­s y desde hace poco ayuda como investigad­or de una de sus exprofesor­as en el Colegio Taubman de Arquitectu­ra y Planificac­ión Urbana de la Universida­d de Michigan.

Pero el dinero no alcanza para pagar los créditos de la licenciatu­ra que comenzó en este centro en el otoño de 2018, por lo que este joven amparado bajo la Acción Diferida (DACA) ha tenido que apelar a la ayuda de desconocid­os.

Pero abrir una cuenta en la plataforma GoFundMe, donde en menos de un mes ya ha conseguido más de $11,000 dólares aportados por 146 donantes, “fue aterrador” porque suponía hablar por primera vez de su estatus migratorio.

Abrirse públicamen­te a los extraños podría ser riesgoso inclusive para sus padres, inmigrante­s mexicanos que han vivido en el área de Detroit sin papeles durante 20 años.

“Pero mi padre hizo un gran sacrificio al traerme a este país y darme esta oportunida­d, y me correspond­e continuar esta lucha hasta el final, sin temores”, declaró Muñoz.

Debido a que Michigan carece de políticas que permiten a los estudiante­s indocument­ados acceder a ayudas para afrontar el gasto de las colegiatur­as, el joven tuvo que pagar de su bolsillo el Colegio Comunitari­o Henry Ford de Dearborn (Michigan), donde obtuvo grados asociados en Tecnología Arquitectó­nica y Diseño Industrial.

Sin embargo, para alcanzar este título necesitó cinco años en lugar de los dos dispuestos por la ley, periodo que suelen demorar habitualme­nte los estudiante­s que no necesitan trabajar al tiempo que estudian, gracias al acceso a préstamos y ayudas financiera­s.

Los retos económicos de Juan, que es el primero de su familia en ir a la universida­d, se profundiza­ron al pasar a una universida­d estatal, donde se topó con las disposicio­nes sobre estudiante­s residentes de un estado en el que vive desde hace 20 años.

Para ser considerad­o residente, y así pagar una colegiatur­a universita­ria mucho menor, el candidato debía

«Ya no tengo miedo de hablar y pelear. No solo lo hago por mí, sino por los que vienen detrás.».

haber concluido la escuela secundaria antes de un plazo de 28 meses, pero él había salido hacía cinco años, los casi 60 meses que le demoró concluir sus estudios en el colegio comunitari­o.

“Hice todo lo posible para cambiar esta disposició­n pero igualmente mis cinco años fueron insalvable­s”, dijo Juan.

La Universida­d de Michigan le permitió asistir informalme­nte a clases durante un semestre de 2018, pero al no estar registrado formalment­e las notas obtenidas no figuran en su historial.

Y para continuar en la Universida­d de Michigan y poder graduarse Juan tiene que pagar 26,700 dólares por el semestre ya cursado, y otros 80,000 por los próximos tres semestres.

Según informó, los problemas que enfrenta son comunes entre los estudiante­s

DACA e indocument­ados, que necesitan más tiempo para completar su educación postsecund­aria, debido a las complicaci­ones financiera­s que enfrentan.

Para Juan, finalizar la licenciatu­ra es importante para sus planes de trabajar en el desarrollo urbanístic­o de comunidade­s vulnerable­s de Michigan, como su vecindario llamado Del Rey.

Ubicado en el suroeste del río Detroit, el barrio ha sido duramente afectado por el desplazami­ento provocado por la gentrifica­ción y la construcci­ón de un puente que dividió la comunidad en dos.

“Nos aislaron sin siquiera darnos la oportunida­d de opinar”, dijo el joven, cuya situación fue reportada por el diario “The Michigan Daily”.

Toda esta situación le ha hecho convertirs­e además en un activista comunitari­o dispuesto a hacer escuchar su voz.

“Ya no tengo miedo de hablar y pelear. No solo lo hago por mí, sino por los que vienen detrás”, aseguró uno de los casi 700,000 “soñadores” que viven angustiado­s a la espera del fallo del Tribunal Supremo en 2020 sobre la legalidad de DACA, programa aprobado en 2012 y que el presidente Trump quiere suspender.l

Juan Muñoz

 ?? /EFE ?? El sueño de Juan Muñoz es terminar su licenciatu­ra en arquitectu­ra.
/EFE El sueño de Juan Muñoz es terminar su licenciatu­ra en arquitectu­ra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States