El Diario

El rostro de un milagro tras una de las tragedias en el Subway

El trabajador de la construcci­ón hondureño, Jairo Torres, y su historia de cómo salvó a niña

- Fernando Martínez fernando.martinez@eldiariony.com

Era lunes cualquiera del pasado mes de septiembre. Jairo Torres, un inmigrante hondureño de 36 años, cumplía con su rutina de los últimos 10 años. Esperaba en la estación de Kingsgridg­e Road en El Bronx, para ir a su trabajo. Eran exactament­e las 7:55 am. Solo minutos después, se convirtió en la mano que salvó una vida, en medio de una escena que todavía está en la memoria de muchos neoyorquin­os.

El destino lo llevó a convertirs­e en testigo y protagonis­ta, de una de las escenas más dramáticas reseñadas este año que termina, en los cabezales de los medios de la Gran Manzana: Fernando Balbuena, de 45 años, decidió suicidarse, pero también arrastró a su hija de 5 años, a la línea 4 del Subway. La abrazó para lanzarse a la muerte, cuando el vagón se acercaba. Ella, por un verdadero milagro sobrevivió.

“No lo pensé dos veces. Escuché el estruendo del tren que frenaba, pero me lancé para ver si alguien estaba con vida”, cuenta Jairo.

En el primer momento, el de la pequeña Ferni Balbuena, parecía inmóvil. Debajo de la parte delantera de la maquinaria del tren, con muy poca luz, Jairo logró ver que las manos de la estudiante se movían. Y con la ayuda del brazo solidario de un afroameric­ano, Antonyo Love, de 32 años, logró salvarla de las garras del tren.

“Me agaché y con la ayuda de otra persona, pudo salir. Lamentable­mente su papá, sí estaba destrozado por las ruedas del tren. Pero ella gracias a Dios, hoy estará en estas navidades sana. Sin ninguna lesión”, exclama el trabajador de la construcci­ón, quien vive con su familia en la Avenida Marion de El Bronx.

Era un día de clases del pasado otoño. Ferni estaba con su mochila porque su padre Fernando, la llevaría a la escuela esa mañana, a su segunda semana de actividade­s escolares. A pesar del impacto de la caída, la niña apenas sufrió unas pequeñas lesiones. A los minutos del cruento episodio, ya estaba caminando.

“No me siento un super héroe”

A casi cuatro meses del injador cidente, cada vez que Jairo aborda la misma estación, no abandona el recuerdo de esos segundos de tensión, pero tampoco deja de recibir el reconocimi­ento de medios de comunicaci­ón. Incluso, fue galardonad­o por el Condado de El Bronx, como héroe de la Ciudad, junto con su compañero coincidenc­ial de rescate.

“Yo hoy no me siento un superhéroe. Para mi la mejor recompensa, es re confirmar que por lo menos una vez en la vida, puedes ser un instrument­o de Dios para algo grande. En un segundo, en el lugar adecuado, para salvar una vida”, comentó el trabaLas centroamer­icano.

Por su parte, Niurka Caraballo, la madre de la niña, en medio de la tragedia y el milagro, dijo a medios locales que su esposo sufría de depresión, pero era una persona maravillos­a: “un buen padre, un buen esposo” .

“Creo que estos son momentos que nos sirven también, para no juzgar a nadie por sus decisiones. No todo tiene explicació­n. Hay designios de Dios”, insiste Jairo.

El inmigrante quien trabaja a brazo partido, desde hace 11 años, cuando decidió migrar hacia la ciudad de Nueva York, comenta que no podrá nunca olvidar cuando el padre de Ferni, antes de aventarse al Subway, exclamó de manera serena: “Ahí viene el tren, Dios te bendiga”.

Saltar a la muerte

Solamente en la víspera de esta Navidad tres incidentes, con saldo de igual número de fallecidos, se han registrado en las vías del sistema de transporte masivo de Nueva York, el más grande de Estados Unidos.

últimas estadístic­as de 2018, a las cuales se tiene acceso, revelan que por año se reportan aproximada­mente 900 situacione­s en las cuales una persona cayó a las vías del Subway, o fue golpeada por un tren, al acercarse a la orilla en la plataforma.

Según esos datos mostrados por The New York Times, aunque en muchos casos se trató de intentos de suicidio, la mayoría fueron personas que saltaron a los rieles por diferentes razones y no precisamen­te por querer quitarse la vida.

Versión del presidente de la MTA

Andy Byford, presidente de la Autoridad Metropolit­ana de Transporte de Nueva York (MTA), le indicó a ese diario que en Nueva York “tenemos más incidentes de personas en las vías, que en ningún otro lugar que haya trabajado”, en referencia a sus posiciones de comando en los sistemas de transporte de Londres, Sidney y Toronto.

Algunas de las principale­s razones por la cuales las percuerpo

Jairo Torres “Yo hoy no me siento un superhéroe. Para mi la mejor recompensa, es re confirmar que por lo menos una vez en la vida, puedes ser un instrument­o de Dios para algo grande. En un segundo, en el lugar adecuado, para salvar una vida”.

sonas bajan a los rieles, cuando no se trata de un intento de suicidio, es para recobrar algo que se les cayó, para orinar, por estar bajo los efectos del alcohol o drogas.

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Jairo abraza a la pequeña Ferni, luego de meses de salvarle la vida.
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