Renuncia de Andy Byford abre interrogantes sobre el Subway
Al presidente de NYC Transit se le atribuye haber liderado cambios que se tradujeron en trenes más puntuales y nuevas señalizaciones en el sistema de transporte
Una gran incógnita sobre el futuro de modernización del Subway en la Gran Manzana deja la renuncia de Andy Byford, presidente de la Autoridad de Tránsito de Nueva York (NYCT), justamente cuando despegaba el Plan Capital 2020-2024, que bajo su liderazgo prometía un giro en un servicio vital para los neoyorquinos.
“Estoy muy orgulloso de lo que hemos logrado como equipo en los últimos dos años y creo que New York City Transit está en una buena posición para continuar su progreso, ahora que la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA) tiene un récord de $51,500 millones para invertir en los próximos 4 años”, expresó Byford en una carta pública ayer.
El experto en transporte urbano de origen británico, “se baja del vagón” justamente dos años luego de asumir el cargo, en medio de una tormenta de especulaciones.
“Estoy muy agradecido con el gobernador Andrew Cuomo, el presidente de la MTA y los miembros de la Junta por darme la oportunidad de servir a Nueva York y dirigir el sistema de tránsito más grande de América del Norte “, precisó en su misiva.
Medios locales reaccionaron inmediatamente a esta dimisión, describiendo la carrera de Byford como “un progreso significativo que le dio nuevos aires al Subway, a través de planes ambiciosos a favor de los neoyorquinos”.
Entre tanto, el presidente y director ejecutivo de MTA Patrick J. Foye, reconoció que “jugó un papel decisivo en el avance del sistema, promulgando el exitoso Plan de Acción del Metro y asegurando una financiación récord de capital con el Gobernador y la Legislatura. Le deseamos lo mejor en su próximo capítulo”.
Las reacciones de varios sectores de la ciudad que predicen “un retroceso en la modernización del Subway”, no cesaron.
John Raskin, director ejecutivo de Alianza Riders, organización que defiende los derechos de las comunidades a un mejor sistema de transporte, opinó que “no importa quién maneje ese sistema, el Gobernador está a cargo de la MTA, y los pasajeros lo responsabilizarán por la calidad del servicio”.
A juicio de Raskin, solo el 58% de los trenes llegaban a tiempo el mes en que asumió Byford este cargo. “Ayudó a impulsar la tasa de puntualidad, en más del 80%, a través de una serie de cambios operativos y un enfoque en lo básico”, aseguró.
El activista explicó que se superaron colapsos casi constantes y los descarrilamiencio tos de trenes, en los últimos dos años. Además, se estaba haciendo una ambiciosa revisión del antiguo equipo de señalización del sistema.
No todos los usuarios están contentos
El Subway, con sus millones de usuarios en los cinco condados, es una complicada colmena de centenares de estaciones y miles de señalizaciones que genera experiencias distintas.
El jubilado de Brooklyn, Bill Robinson, de 70 años, conoce muy de cerca este sistema de transporte, en el cual embarca desde hace 60 años. Narra que más allá de algunos cambios “en pantallas que dan aires de modernidad”, sus problemas individuales con el servicio no han variado mucho.
“Todo cada vez es más confuso, con el tema de los cambios de señalización y los retrasos. No quiero hablarte de los fines de semana en donde puedes esperar horas un autobús o simplemente el servianuncia de los trenes a Brooklyn están cancelados, sin ningún aviso. Te soy honesto, no veo cambios más allá de algunas fachadas”, comentó Bill.
Entre tanto, el venezolano Régulo Querales, de 38 años, tiene una visión distinta desde su experiencia.
“Tengo poco tiempo aquí y la línea N, R y W que es la que utilizo todos los días, ha experimentado grandes cambios, para mejor. Las estaciones que sirven a Astoria, eran un desastre. Se venían abajo y en solo meses fueron totalmente renovadas. Obviamente no puedo hablar de todo el sistema porque es imposible conocerlo, pero en mi caso sí he observado pasos muy claros en la modernización del transporte”, concluyó el inmigrante.
En otra posición se encuentra el neoyorquino James Manu, quien con 40 años utilizando el tren entre Brooklyn y Manhattan, tiene la impresión que “independientemente de los cambios de la directiva y de lo que se