El Diario

UN MAL COMIENZO

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Los demócratas de Iowa estaban decididos este año a no ser el hazmerreír de todos, después del confuso caucus, o reunión electoral, de 2016. No lo lograron. Esta vez demostraro­n porque es el sitio equivocado para iniciar la campaña electoral y lo anacrónico que es este sistema electoral.

Hace cuatro años se hablaba del “debacle” de la interna demócrata que había dado ganadora a la ex secretario de Estado, Hillary Clinton, por sobre el senador Bernie Sanders con una diferencia de dos décimos de 1%. Márgenes mayores conducen automática­mente a un reconteo. En ese caso se recurrió a definir tirando la moneda en medio de la confusión entre los participan­tes y los organizado­res. La falta de claridad -aunque no tanto como los demócrata fue aprovechad­a por el entonces candidato Donald Trump para cuestionar el triunfo del senador Ted Cruz.

Los cambios exigidos por la campaña de Sanders para que no se repitan los errores no dieron el resultado esperado. Por culpa de un app que no fue programado debidament­e no se tuvieron los resultados a tiempo ni pasada las 12 horas del cierre del caucus debido a “inconsiste­ncias” de los resultados.

La misión del caucus de Iowa es dar la primera cifra electoral después de casi un año de especulaci­ones y encuestas. Es reflejar de alguna manera concreta el sentir de los votantes a pesar de ser un sistema electoral antiguo y público que carece de la privacidad del voto secreto y la eficiencia en el conteo de una elección primaria.

Esta experienci­a es suficiente para hacer un cambio en el calendario electoral que permita iniciar la carrera electoral con un pie firme que dé confianza a los votantes sobre la integridad de su sistema electoral.

En cambio ahora creó más confusión. Perjudicó a los demócratas en vez de ayudarlos en el camino a la nominación presidenci­al. En vez de dar claridad, de permitir que algunos candidatos se beneficien de la ola mediática para la primaria de New Hampshire, ahora sus respectiva­s campañas se acusan de irregulari­dades.

El único ganador es Trump. Los republican­os también tuvieron su caucus y tal como se esperaba el Mandatario ganó sin problemas. La interna republican­a fue diseñada en esta ocasión para desalentar algún posible rival.

Entre este arreglo, y la confusión demócrata, Trump fue el único que amaneció el día martes cantando victoria mientra que en el campo rival reinaba la incompeten­cia de los organizado­res.

En el pasado existió el temor de ofender a los votantes de Iowa rompiendo la tradición de darle un sitio de privilegio en el proceso electoral. Hay que cambiarlo. Un estado mayormente blanco y agrícola que no representa la diversidad étnica y racial que integra la base del Partido Demócrata ni su agenda urbana ni merece esa atención. Mucho menos si ayuda al bando opositor haciendo el ridículo.•

Caucus de Iowa «El caos por las fallas técnicas en las asambleas electorale­s benefician a Trump y perjudican a demócratas».

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