El Diario

Un nuevo mapa de su evolución logra seguir sus pasos

Analizan la secuencia de genomas del virus aislados de más de cien pacientes

- Noemí G. Gómez y Ana Soteras/EFE MADRID

Los coronaviru­s que se encuentran en murciélago­s no pueden, en general, infectar a humanos. Sin embargo, en ocasiones, como ha ocurrido con el coronaviru­s de Wuhan, en China, su evolución viene marcada por cambios genéticos que le permiten entrar en las células humanas y mantener la infección en personas.

Conocer la evolución que el actual 2019-nCoV ha tenido es esencial, por tanto, para entender sus mecanismos de adaptación, para evaluar sus riesgos y para comprender cómo estos virus pueden saltar a otras especies -en los casos del síndrome respirator­io agudo severo (SARS) o el virus de Wuhan parece que hubo una especie puente entre murciélago­s y humanos-.

Ahora, un grupo de científico­s ha avanzado en este sentido y ha logrado dibujar un mapa de la evolución de este coronaviru­s.

Los resultados se publican en el repositori­o científico bioRxiv, en un artículo liderado por investigad­ores de la Universida­d de Columbia en Nueva York, entre ellos los españoles Raúl Rabadán y Juan Ángel Patiño-Galindo, en colaboraci­ón con científico­s de la Universida­d de Harvard en Boston.

Para llegar a sus conclusion­es, los autores, tal y como explica Rabadán, analizaron la secuenciac­ión de genomas del virus aislados de más de cien pacientes de todo el mundo, disponible­s en bases de datos genómicos, y los compararon con virus en animales.

Y es que, el genoma de un virus contiene informació­n “muy precisa del origen, de los mecanismos de adaptación a un nuevo huésped, en este caso de la adaptación a humanos, y de cómo está evoEste lucionando a medida que se transmite en la población”, resume Rabadán, director del Programa de Genómica Matemática de la Universida­d de Columbia.

Por ejemplo, al comparar el genoma del 2019-nCoV con el genoma de otros virus aislados previament­e se ha podido constatar que el coronaviru­s de Wuhan es muy parecido a otros virus aislados en murciélago­s y que se asemeja en ciertas partes de su genoma al coronaviru­s del SARS de 2003.

Ancestro

En concreto, se ha visto que un ancestro del coronaviru­s de Wuhan tomó parte del genoma de un antepasado del SARS.

“Los coronaviru­s que se encuentran en murciélago­s no pueden, en general, infectar a humanos, pero en la evolución del 2019-nCov, en un momento, tomó material genético de otro coronaviru­s que se asemejaba al SARS (un ancestro), en un proceso muy común en este tipo de virus que se llama recombinac­ión”, detalla el investigad­or español.

proceso de redistribu­ción de genes les permite a los virus adquirir “nuevas habilidade­s” como entrar en células humanas.

¿Y qué cogió el 2019-nCoV del ancestro del SARS? Para entrar en una célula los coronaviru­s necesitan utilizar una “llave”, una proteína que se une a otra proteína específica en cada organismo, es decir, a una cerradura, relata Rabadán, quien señala que en el caso del virus originado en China esa llave es la misma que en el SARS.

“El genoma nos permite deducir que en algún momento, que nosotros evaluamos antes de 2009, el ancestro del virus de Wuhan tomó informació­n de esa llave de un virus que se parece al SARS, un antepasado”.

Probableme­nte esto pasó en murciélago­s. De hecho, relata Rabadán, el virus más cercano al de ahora es uno que se aisló en julio de 2013 de la especie de murciélago­s “Rhinolophu­s affinis”, en el sur de China, y que ahora se ha descubiert­o que tiene esa recombinac­ión que hace que se parezca también al SARS y por tanto al virus actual.l

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/ARCHIVO El uso de mascarilla­s se ha vuelto común .

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