El Diario

MÉXICO: EL 9 DE MARZO

- Samuel Schmidt

Eduqué a mi hija sin distingo de género, no tenía un “rol de niña” y fue estimulada para aventurars­e como cuando se fue a Kenia con dos amigas. Es una mujer fuerte, segura de si misma y ahora buena madre que le transmite a sus hijas e hijo valores de igualdad y libertad. Su madre la educó con el ejemplo de una mujer luchadora que no dependía de nadie.

Haber reconocido el potencial de esa mujer no es feminismo, es una postura libertaria en la cual se promueve el respeto de los derechos de la gente como si fueran iguales. Y recalco como si fueran iguales porque vivimos en un sistema de desigualda­des e injusticia. Apoyo que la mujer y el hombre deben ser libres de elegir, aunque a la hora del aborto, si tiene pareja, es cosa de ambos, pero a final de cuentas es una decisión personal y muy privada.

Creo que es un desacierto intentar discutir con quién se autodefine como feminista en un esfuerzo de imponer opiniones o puntos de vista basados en el género. Si política e ideológica­mente esa opción les acomoda o la prefieren, entonces que sean lo que quieran ser, y eso con cualquiera de las corrientes o vertientes del feminismo. Es ineludible que aceptemos que cada quién escoja como quiere pensar y que no se trate de determinar por ellas cuál debe ser su manera de pensar, porque de ahí se deriva la forma de actuar.

Es interesant­e que personas (mujeres y hombres) que históricam­ente se han opuesto a los derechos plenos de las mujeres, ahora se vuelvan activistas y quieran

Reto El reto supremo es eliminar las violencias en contra de las mujeres. La mujer debe dejar de ser víctima, porque mientras haya mujeres agredidas, discrimina­das, sobajadas, no existe la democracia.

marchar aunque para ellos no se trata de apoyar todos los temas de las mujeres y no se trata solamente del derecho a elegir al que se han opuesto con energía y hasta lo han penalizado. Que bueno que lo hicieron, ya era hora. Si quieren marchar que marchen. Sería convenient­e que al marchar se comprometa­n a no interferir en las opciones de quién piensa distinto a ellas, o sea que abracen la libertad de las demás.

Debemos luchar para que nadie intente detener el proceso para reconocer y ampliar los derechos de la mujer, su igualdad, y asegurar que tengan por lo menos las mismas posibilida­des y oportunida­des que los hombres. Esto incluye temas económicos como el salario y los nombramien­tos en posiciones de mando, por supuesto que en primer lugar se debe eliminar el acoso y la violación perpetrada por aquellos que creen que la mujer es un objeto.

Que bueno que se aprobó una ley de equidad de género en la política, aunque algunos de los que marcharán han hecho hasta lo imposible por pisotearla. Ahora hay que mover el sistema para que haya equidad, no porque esta establecid­o en la ley sino porque es lo que debe existir, la inequidad política está arraigada culturalme­nte.•

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