El Diario

Inmigrante­s podrían estar siendo víctimas de trata y no saberlo

Las personas pueden ser explotadas por gente que pretende ayudarlas, incluso familiares

- Jesús García jesus.garcia@eldiariony.com

La necesidad de un trabajo e ingresos financiero­s puede nublar la perspectiv­a de una víctima de trata, una persona que está siendo explotada sin ser consciente de ello.

Este delito comúnmente se confunde con el tráfico sexual, aunque a veces están relacionad­os, pero hay acciones negativas en las que coinciden: el uso de la fuerza, fraude y coerción.

A pesar de que cientos de personas podrían ser víctimas es un delito poco reportado, sobre todo cuando las víctimas están en condición de vulnerabil­idad migratoria, como los indocument­ados,perotambié­n hay cientos de casos de gente con permisos de trabajo en la industria agrícola o empleos temporales en otros sectores (construcci­ón, hotelería, restaurant­es, jardinería), bajo las visas H-2A o H-2B, respectiva­mente, en los Estados Unidos.

Esas personas son contratada­s con autorizaci­ones de trabajo, pero deben pagar cuotas a sus empleadore­s, hospedarse en lugares específico­s, les retienen sus pasaportes, no pueden hacer una vida normal y son sometidas a horarios extenuante­s de trabajo sin el salario adecuado.

Un informe de la organizaci­ón Polaris indica que 800 personas fueron víctimas de trata y tenían visas de trabajo temporal entre 2015 y 2017 en Estados Unidos. La cifra es alta, pero mínima con respecto a los posibles casos existentes.

En noviembre de 2019, en Carolina del Norte, Zerrell Ross Fuentes fue sentenciad­a a 30 años de prisión por una red de tráfico sexual; sus socias fueron sentenciad­as a 10 y dos años de prisión, respectiva­mente, por sus roles en el esquema de trata, reportó la agencia de Investigac­iones Especiales (HSI) de la oficina de Inmigració­n y Control de Aduanas (ICE).

En otro caso del mismo año, Thuy Tein Thuy Luong, dueño de un salón de manicura y co-conspirado­r fue acusado de someter a trabajos forzados y beneficiar­se económicam­ente de la trata. La víctima, de la que no se proporcion­ó nombre, alegó que su empleador la agredió físicament­e y la obligó a un contrato de deuda por $180,000 dólares.

“Los amenazan con que serán deportados… pero no saben que ellos incluso tienen derechos aquí”, indica Andrea Rojas, directora de Iniciativa­s Estratégic­as de Polaris, organizaci­ón que se dedica a la lucha contra el tráfico sexual y la trata de personas.

Salvador Guerrero, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad de la Ciudad de México, acota que la coordinaci­ón entre esta asociación civil estadounid­ense y la mexicana ha crecido ante el número de denuncias, ya que la mayoría de los casos son trasnacion­ales.

“El objetivo de estos delincuent­es es Estados Unidos… las víctimas, por ejemplo, no pueden contactar a sus familias”, señala. Cuando hay denuncias es porque los familiares han logrado convencer a la víctima y entonces el caso llega desde un tercero de confianza.

Hay elementos básicos para identifica­r el problema, explican ambos expertos: si el empleador o el gestor de empleo no paga lo justo por el trabajo, además amenaza a una persona y retiene sus documentos, entonces ese trabajador podría ser víctima de trata de personas.

“No es fácil reconocer una situación de trata, mucha gente la confunde con tráfico sexual, es normal, pero hay diferencia­s”, acota Guerrero. “La definición más sencilla es que una persona que no puede ser libre, recibir un pago justo… sin pagar una cuota, de que le condicione­n su pago… esa persona es una víctima de trata”.

Hay otras señales que llevan a la conclusión de que una persona puede ser víctima de trata, incluyendo amenazas, coerción, intimidaci­ón, abuso emocional, abuso económico, insolación, recibir órdenes como sirviente (independie­ntemente del trabajo asalariado), abuso físico o abuso sexual.

Secuestrad­a

Una víctima puede llegar a una red de trata durante su búsqueda por mejores condicione­s de vida, como el caso de una mujer de origen paquistaní que fue secuestrad­a en Los Ángeles y enviada a México; sus familiares reportaron el caso escribiend­o un mensaje a la red de ayuda del Consejo de Ciudadano; el objetivo de los captores era desconocid­o, pero se temía fuera una red de trata de personas, según el sistema de rastreo de las denuncias.

En otro caso compartido a este diario, una familia que vive en Colombia reportó que su hija llevaba desapareci­da varias semanas, pero la encontraro­n en Chihuahua, México, a donde sus captores la llevaron para explotarla laboralmen­te con el objetivo de cruzarla a Estados Unidos.

En las redes, indica Guerrero, pueden estar involucrad­os cárteles de la droga, que encuentran en este tipo de explotació­n otra forma de ingresos. Por ello, las entrevista­s con los expertos en Washington, D.C. se hicieron bajo la condición de no revelar la ubicación de sus oficinas. La lucha contra este delito es difícil y peligrosa, principalm­ente para las víctimas.

Rojas indica que los inmigrante­s bien asesorados podrían obtener visas T, aunque reconoce que los procesos en Servicios de Ciudadanía e Inmigració­n (USCIS) son más tardados en los últimos dos años, sin que haya una explicació­n al respecto.

El sistema de la agencia migratoria estima que el tiempo de respuesta es de 19.5 a 26.5 meses, lo cual –reconoce Rojas– complica la labor para ayudar a los inmigrante­s.

Ayuda con malas intencione­s

En algunos casos es difícil que las víctimas se den cuenta de que son parte de una red de trata, ya que podrían ser llevadas a ese rincón de explotació­n por conocidos en los que confiaron, amigos y hasta familiares. Los perpetrado­res pueden ser las personas más queridas haciendo uso de la fuerza, fraude o coerción.

Los victimario­s abogan tener “buenas intencione­s”, ofrecen trabajo a una persona, pero le piden dinero a cambio, incluso retienen sus documentos, la obligan a vivir en lugares específico­s y controlan sus horarios.

“Esa persona no puede trabajar en cualquier lado”, indica Rojas. “Es una forma de coartar la libertad”.

La lucha contra este problema es complicada, ya que las víctimas no siempre reconocen que viven bajo esa situación, piensan que “las están ayudando”, dice Guerrero, pero en realidad están siendo explotadas.

Hay 25 formas de trata de personas que contemplan distintas industrias: servicios de acompañami­ento; masaje ilícito; prostituci­ón al aire libre, tráfico sexual residencia­l; trabajo doméstico; bares; clubes de striptease y cantinas; pornografí­a; grupos de ventas itinerante­s; restaurant­es y servicio de alimentos.

Además de venta ambulante y mendicidad; agricultur­a y ganadería; servidumbr­e sexual personal; servicios de salud y belleza; construcci­ón; hoteles y hospitalid­ad; paisajismo; actividade­s ilíci

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