«Meses después de entrar al país, mi papá y yo estábamos desesperados orando para encontrar asistencia legal…».
y la residencia permanente.
“Yo nací en Guatemala hace 19 años. Entré al país como menor no acompañado en 2014 cuando tenía 13 años. Aquí tenía a mi papá, mi madrastra y dos hermanos menores de 10 y 12 años que no conocía”, explicó.
Él salió de Guatemala a causa de la violencia y la persecución por motivos religiosos. “En donde vivo hay muchas Maras (pandillas); querían que vendiera drogas y hasta me amenazaban con armas”.
Después de que la abogada Dakin-Grim tomó su caso, obtuvo el asilo político en 2015 y en 2016, se hizo residente permanente.
“Estoy muy agradecido. Con mucha alegría. El asilo y la residencia eran para mi como un sueño imposible. Yo venía a ciegas cuando salí de Guatemala”, dice Nolberto, quien trabaja en un restaurante de comida rápida, pero sueña con ir a la universidad y estudiar para psicólogo.
La abogada Linda dice que Nolberto es un muchacho maravilloso, quien ganó el asilo en Estados Unidos principalmente porque fue objeto de persecución religiosa en su país.
“Una de las bases de las leyes de EEUU y de los países que son parte de las Naciones Unidas, es proveer asilo a quienes han experimentado persecución por su fe”, expresa.
Relata que el muchacho vivía en Guatemala con su tío, un pastor evangélico que pudo dar testimonio de los abusos que sufrió el muchacho. “También dio testimonio otro pastor que vive aquí en el país”.
La defensora comenta que no fue fácil porque tuvieron que probar con evidencias creíbles que Nolberto fue víctima de persecución por su fe evangélica, misma que es una parte integral de su vida.
“Solo para que un caso de un menor no acompañado sea considerado, la espera es por un año. No están moviendo los casos en absoluto. Las cosas están muy lentas para los menores”, dice Linda, quien no es abogada en migración sino especializada en juicios relacionados con disputas financiera.
“A partir de que me jubilé, tuve que aprender de migración para ayudar a estos menores. Sigo trabajando, pero sin paga”, comenta.O