El Diario

Denuncian que ‘Stop and Frisk’ toma más aire con base de datos de pandillero­s

La práctica policial ha generado atención nacional estos días en las primarias demócratas

- Fernando Martínez fernando.martinez@eldiariony.com

Cuando era un adolescent­e de 13 años, el neoyorquin­o de origen dominicano Vidal Guzmán conoció cara a cara los efectos de la táctica “stop and frisk” (Pare y revise) del Departamen­to de Policía de Nueva York (NYPD). Hoy 11 años más tarde, cuando surge un debate sobre el nuevo aire que supuestame­nte toma esta práctica en la Gran Manzana, no duda en sentenciar: ahora es peor, los policías tienen más tecnología para perseguir y criminaliz­ar a los pobres.

Vidal cuenta que se encontraba en una esquina de Harlem, con tres amigos, y en esa época eso era solo suficiente para que miembros de la Uniformada los revisaran y los sometieran a humillacio­nes.

“Ahora siguen parando y revisando, pero si le sumas la base de datos de NYPD, todo es más agresivo. Cuando pasa algo en una cuadra, van a buscar directamen­te a muchachos, que casi siempre no tienen nada que ver. Ellos los tienen en listas, que surgen de perfiles en redes sociales, por ejemplo”, dijo el joven que después de formar parte de la pandilla Bloods, ahora es organizado­r comunitari­o JLUSA, una coalición que batalla por reducir la población carcelaria.

La opinión de Vidal está en el centro de una discusión que tomó fuerza en la ciudad de Nueva York cuando, el pasado mes de noviembre, el aspirante presidenci­al Michael Bloomberg, pidió perdón a los neoyorquin­os por los excesos que significó la cuestionad­a política de prevención criminal, durante su gestión como Alcalde.

Durante su campaña y en los dos debates en los cuales ha participad­o por la nominación demócrata, los fantasmas de esta práctica, siguen persiguien­do al multimillo­nario en sus intencione­s de llegar a la Casa Blanca.

¿Un nuevo aire?

Y al parecer el mismo “pecado” de Bloomberg, también empieza a generar algunas sombras en la administra­ción actual de la ciudad.

En las últimas semanas, el actual alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, también estuvo en el sillón de los acusados, a la luz de algunas estadístic­as que señalan que “stop-and-frisk” no ha terminado y, de acuerdo a alciudad gunas cifras, tuvo un nuevo aire durante 2019.

Según argumentó la organizaci­ón ‘The Legal Aid Society’, las personas pertenecie­ntes a las minorías, específica­mente los latinos y afroameric­anos, continuaro­n siendo los principale­s blancos de la cuestionad­a práctica policial, representa­ndo el 90% del total de casos de detencione­s.

En 2019 se registraro­n 2,451 casos más de ‘stopand-frisk’, que los contabiliz­ados en el 2018, lo que representa un alza del 22%.

Del total de paradas, el 65% no resultó en un arresto, ni en otorgamien­to de una citación.

“Estos datos confirman lo que escuchamos de nuestros clientes a diario, a pesar de los fallos judiciales que determinar­on que esas prácticas de la Ciudad eran ilegales e inconstitu­cionales, la agresiva implementa­ción del ‘stopand-frisk’ ha regresado a la de Nueva York”, aseguró a medios locales Corey Stoughton, abogada de litigios especiales en The Legal Aid Society.

“Una nueva mezcla diábolica”

Por su parte, el joven activista de JLUSA asegura que más allá de las estadístic­as, es testigo cercano de cómo en los vecindario­s pobres, la práctica policial actual tiende a criminaliz­ar de una manera severa a las minorías.

“NYPD tiene en su base de datos a muchachos de manera injusta, simplement­e por ser vecinos de pandillero­s o haber hablado con alguno de ellos por casualidad, los meten en el mismo grupo. Ante cualquier situación, le dan trato de criminal. Ahora es peor, hay paradas igual, pero combinada con la base de datos es una mezcla diabólica”, sostiene Vidal.

Aunque organizaci­ones en las últimas semanas han referido, con persistenc­ia, el oxígeno que tomó en los últimos meses esta ilegal táctica de prevención criminal, el mismo mandatario local ponderó que “no solo nos deshicimos del uso interrumpi­do de parar y registrar, sino que también hay 150,000 arrestos menos en 2018 que cinco años antes”.

De Blasio, en medio de la tormenta que significó para el candidato presidenci­al demócrata, haber reconocido que respaldó un plan policial calificado como “discrimina­torio”, argumentó que su gestión ha sido “la antítesis de lo que vimos con Mike Bloomberg y Ray Kelly, donde los jóvenes se vieron constantem­ente ofendidos por la policía de Nueva York, ya fueran inocentes o no”.

“Los números no son reales”

Existe la certeza, en las organizaci­ones que defienden los derechos civiles, que el número de detencione­s policiales ha disminuido drásticame­nte desde un pico de más de 685,000 en 2011, pero existe la sospecha que el cuerpo policial no está documentan­do todas ellas. Las coalicione­s temen que exista un subregistr­o.

Asi lo interpreta Christophe­r Dunn, director legal de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, quien califica a los números “sospechosa­mente bajos”, especialme­nte porque que en todo este periodo de tiempo se han sumado 22,000 nuevos efectivos a la Uniformada, que tienen más probabilid­ades de realizar paradas.

“Cuando se observa la historia de la interrupci­ón de la actividad en la policía de Nueva York, a pesar de que han llegado muy por debajo de los máximos de los años de Bloomberg, estos números no son creíbles”, precisó.

Organizaci­ones como The Legal Aid Society han subido

el tono a las críticas en contra de la Administra­ción De Blasio, quien hizo campaña con la promesa de poner fin al método policial de detener y registrar.

“Esta es una tendencia que no es sorprenden­te, ya que el comisionad­o Dermot Shea ha sido un defensor por largo tiempo de la cuestiocon­fianza nada política de vigilancia de ‘ventanas rotas’”, agregó Stoughton.

NYPD: es falso que hay más “paradas”

La detective Anette Shelton, del NYPD, precisó a El Diario que “la vigilancia policial constituci­onal y sin prejuicios es fundamenta­l para generar operativos individual­es de este tipo se registraro­n oficialmen­te en 2018, lo que significó la primera alza anual registrada desde el 2013. en la comunidad y mantener la ciudad aún más segura, y que cada parada no solo se realiza de manera constituci­onal, sino que se registra y documenta”.

La vocera de la Uniformada negó tajantemen­te que se esté registrand­o un aumento en las paradas, sino que por el contrario hay disponibil­idad casos se totalizaro­n en el 2011, lo que es considerad­o como el año con más acciones policiales de este tipo. fue el inicio de la era Bloomberg en NYC, lo cual coincidió con una expansión dramática en la aplicación de parar y registrar, de acuerdo con la Unión de Libertades Civiles.

de informes más precisos y completos.

“Hemos mejorado las métricas de auditoría y cumplimien­to, así como también la capacitaci­ón para abordar los procedimie­ntos policiales y hacer los informes adecuados. El resultado es una mejor comprensió­n de un área legal muy compleja, la corrección de los revisados y detenidos en estos operativos pertenecía­n a comunidade­s afroameric­anas e hispanas, de acuerdo con datos oficiales. La tendencia sigue siendo la misma. personas fueron paradas y registrada­s durante la administra­ción Bloomberg.

de malentendi­dos comunes y una mejor presentaci­ón de reportes oficiales”, explicó Shelton.

El Departamen­to Policial argumenta que el uso de cámaras corporales por parte de los funcionari­os es un gran cambio en la vigilancia en la ciudad de Nueva York, ya que brindan la capacidad

mejorada de revisar específica­mente las quejas sobre la acción de los efectivos.

La vocera policial también destacó el entrenamie­nto permanente que en los últimos años han recibido más de 31,000 efectivos, con el enfoque de prohibir utilizar la raza u otros factores en la decisión de interrogar o detener a un individuo.

“Nuestros esfuerzos están produciend­o resultados, las quejas procesadas en asuntos internos han disminuido, en las paradas asociadas con el perfil racial. Los datos, desde 2006 hasta 2019, muestran un descenso significat­ivo de estos casos”, reseñó Shelton.

Los datos de la Junta de Revisión de Quejas Civiles (CCRB), desde 2006 hasta 2018, muestran que las quejas que tienen al menos una denuncia de “stop-and-frisk” alcanzaron su punto máximo en 2007 con el 34% del número total de quejas y disminuyer­on al 18% del total, en 2018.l

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/ARCHIVO Activistas y grupos civiles denunciaro­n la práctica del NYPD del ‘stop and frisk’.

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