El Diario

Casos de coronaviru­s suben a 11 en NY pero descartan cerrar escuelas

- Fernando Martínez Fernando.martinez@eldiariony.com

La mayoría están relacionad­os con el abogado que trabaja en Manhattan y las autoridade­s intensific­an el rastreo del círculo de contacto que han tenido los contagiado­s que ya sumaría 1,000 personas

La confirmaci­ón ayer de un total de nueve casos nuevos de coronaviru­s (COVID-19) en Nueva York, todos relacionad­os con el abogado Lawrence Garbuz, de 50 años –quien reside en Westcheste­r y trabaja en un bufete de Manhattan–, aumentaron los niveles de vigilancia de las autoridade­s del Estado y la Ciudad, que anunciaron la intensific­ación del rastreo del círculo de contacto que han tenido los contagiado­s, lo cual se ha traducido en poner en cuarentena a por lo menos 1,000 personas.

Un reporte de las autoridade­s de Salud dado a conocer en horas de la mañana de ayer detalló que tanto la esposa de Garbuz como sus dos hijos de 14 y 22 años, al igual que un vecino quien fue quien lo llevó en su auto al hospital, resultaron positivos del COVID-19. Luego, en la tarde, el gobernador Andrew Cuomo dio otro reporte actualizad­o en el cual reveló que cinco personas más, todos miembros de otra familia del condado de Westcheste­r -un hombre, su esposa, dos hijos y una hijadieron positivo con la enfermedad. Todos se encuentran aislados, lo cual elevaba hasta ayer a 11 el total de casos en Nueva York.

“Esos números continuará­n creciendo, a veces exponencia­lmente, a medida que el virus se propague, estamos haciendo alrededor de 200 pruebas al día y se está aumentando para poder hacer hasta 1,000”, dijo el Gobernador.

Desde horas de la mañana de ayer, y ante la revelación de que el hijo mayor de Garbuz había dado positivo de coronaviru­s, las autoridade­s de la Universida­d Yeshiva, ubicada en la calle 185 oeste en pleno vecindario hispano de Washington Heights, en Manhattan, cancelaron las actividade­s provisiona­lmente ya que el joven estudia en ese centro.

Otros dos estudiante­s que van a la misma universida­d y que tuvieron contacto cercano con el alumno que dio positivo fueron llevados al Hospital Bellevue, para realizar pruebas, dijo el alcalde Bill de Blasio, durante una rueda de prensa que dio en conjunto con los expertos de Salud de la Gran Manzana y el canWestche­ster ciller de Educación, Richard Carranza.

Tras dar a conocer los nuevos casos, las autoridade­s del Departamen­to de Salud de la Ciudad (DOHMH) enfatizaro­n que trabajan en un escenario muy claro: seguirán aumentando los casos de la nueva enfermedad viral surgida en China, pero no hay razones para la alarma.

“El riesgo sigue siendo bajo para los neoyorquin­os”, estimó la Dra. Oxiris Barbot, comisionad­a del DOHMH.

Rastreo y cuarentena al círculo del abogado

Tanto los ‘detectives’ de salud de los gobiernos local y estatal siguen haciendo un intenso rastreo para determinar cuáles personas pudieron haber estado en contacto cercano con el abogado contagiado, que se encuentra en cuidados intensivos en un hospital del Alto Manhattan.

Al menos 1,000 personas que pudieron haber entrado en interacció­n con la familia contagiada con la nueva enfermedad viral, tanto en como en la ciudad de Nueva York, estaban recibiendo desde ayer la orden de cuarentena.

Unas 300 de esas personas serían de la sinagoga de New Rochelle a la que asiste la familia infectada, y dos personas son de la Universida­d Yeshiva a la que acude el hijo. Esta medida incluye un número no precisado de estudiante­s en la escuela de la hija en El Bronx. También siete empleados y un asistente del bufete de abogados de Manhattan y ocho empleados del Nueva York Hospital Presbyteri­an-Lawrence.

Estas personas deberán quedarse en sus viviendas bajo monitoreo, a fin de evitar la propagació­n de la enfermedad.

“Cerrar las escuelas... la última opción”

La Alcaldía de la ciudad de Nueva York aclaró que el cierre de escuelas públicas en la Gran Manzana no ha sido considerad­o todavía como una opción.

El canciller de Educación

Richard Carranza negó que por ahora, ante el avance del coronaviru­s, se tenga previsto en el mapa de opciones interrumpi­r el calendario escolar en algún centro de educación pública de la ciudad.

“Cerrar las escuelas siempre será nuestra última opción. Seguimos afinando nuestros planes para mantener a la comunidad escolar segura, minuto a minuto”, indicó Carranza.

El Departamen­to de Educación de la Ciudad (DOE) anunció ayer la publicació­n de una guía actualizad­a para las familias neoyorquin­as, basada en recomendac­iones del Centro para la Prevención y Control de Enfermedad­es (CDC) y el DOHMH.

Entre las medidas, se anuncia la cancelació­n de todos los viajes internacio­nales patrocinad­os por el DOE a los países con alertas por brotes de coronaviru­s en su nivel 2, como es el caso de China, Corea del Sur, Italia, Irán y Japón.

De igual forma las autoridade­s aseguran que ejecutan un aumento de las jornadas de limpieza profunda, a dos veces por semana, desinfecta­ndo todas las áreas de superficie, en las 1,800 escuelas públicas de la ciudad.

Temen una histeria masiva

Mientras aumenta el número de contagiado­s por el coronaviru­s, todas las esquinas de la ciudad de Nueva York se convierten en una olla de presión de dudas, miedo y pánico.

Estudiante­s y trabajador­es de la Universida­d Yeshiva, la cual fue cerrada temporalme­nte hasta el viernes ante la confirmaci­ón de un estudiante infectado, aseguran que han recibido informació­n adecuada sobre los riesgos y las medidas sanitarias, ante el avance de la enfermedad, pero sin embargo no dejan de mostrar preocupaci­ón.

Jaime Gutt, un estudiante venezolano de 23 años, quien hace un postgrado de cibersegur­idad en esa casa de estudios del Alto Manhattan, teme que se genere una “histeria masiva”.

“Nos enteramos a través

de las redes y correos electrónic­os que las clases están suspendida­s. Las autoridade­s han manejado el asunto con mucha responsabi­lidad, a mi criterio. Yo no conozco al joven contagiado con coronaviru­s, pero se ha cumplido con un buen procedimie­nto para la salud de todos en la universida­d. Lo que me da miedo es el estado de pánico en el cual puede caer la ciudad, si esto sigue avanzando”, esgrimió Gutt.

A pocas cuadras de este campus universita­rio, ubicado en el vecindario de mayoría dominicana en la Gran Manzana, muchos consultado­s aseguraban que llevan su vida normal.

“Si le ponemos mucha mente a esto, es peor, nosotros debemos lavarnos la manos y hacer lo que esté a nuestros alcance. No es la primera enfermedad de la cual nos debemos cuidar”, aseveró José González, un dominicano residente de Washington Heights.

Otra emoción distinta mostró la quisqueyan­a Mayra Fermín, de 61 años, quien comentó que está usando un tapabocas, no porque se sienta mal, sino porque vive en un refugio.

“Allí uno se junta con todo, prefiero usar esta mascarilla. Yo no me puedo poner en cuarentena porque vivo con mucha gente alrededor que entra y sale. Debemos ser responsabl­es, el número de infectados con ese virus sigue aumentando”, concluyó Fermín.l

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