Una política de tortura
La administración Trump causó estragos que significaron un martirio a refugiados separados de sus familias en la frontera
La organización Doctores por los Derechos Humanos (PHR) dio a conocer un estudio que menciona que el impacto de la separación de familias en la frontera afectó a niños y padres migrantes de la misma forma que afecta la tortura.
“Las familias solicitantes de asilo que fueron separadas por el gobierno estadounidense sufrieron tortura”, declaró la organización al presentar su estudio.
Algunos de los efectos de la política de la administración del presidente Donald Trump de separar y encerrar a familias sin ningún contacto ni destino fijo en un país extraño con un idioma distinto son parecidos a los que sufren los soldados en la guerra, excepto porque se trata de madres y padres de familia y niños en ocasiones en edad de brazos.
De acuerdo con PHR, algunos de los impactos produjeron en adultos y niños “trastorno de estrés postraumático, trastorno depresivo mayor y trastorno de ansiedad generalizada”.
El estudio dice que las familias ya huían de la violencia selectiva de sus países de origen, y ya habían estado expuestos a traumas, con frecuencia como víctimas de actividades de pandillas, por amenazas de muerte, agresión física, familiares asesinados, extorsión, agresión sexual o robo.
Entre los motivos para huir, “todos los padres expresaron temor de que su hijo fuera dañado o asesinado si se quedaban en su país de origen”.
“En casi todos los casos, los hijos ya habían enfrentado graves daños antes de huir; por pandilleros drogados, por secuestros, uso de veneno y amenazas de muerte, de violencia o de secuestro, si ellos o sus padres no cumplían con las demandas de la pandilla”, dice el estudio.
Así que, “los padres confiaban en que el viaje a los Estados Unidos resultaría en protección para sus hijos”.
“Sin embargo, cuando llegaron a Estados Unidos, las autoridades de inmigración retiraron por la fuerza a los niños de los brazos de sus padres, o los retiraron de sus padres mientras sus hijos dormían, o simplemente ‘desaparecieron’ a los niños mientras sus padres estaban en las salas del tribunal o recibiendo atención médica”, agrega el informe.
Los médicos lograron entrevistar a 17 adultos y nueve niños que habían estado separados durante un promedio de 60 a 69 días; todos menos un niño se habían reunido en el momento de la evaluación.
La mayoría de los padres dijo que las autoridades no dieron ninguna explicación de por qué estaban siendo separados, a dónde enviaban a sus hijos ni cómo se reunirían. Además, cuatro padres dijeron que los oficiales se burlaban de ellos cuando preguntaban por sus hijos.
Estos son resultados de la política de separación que encontraron los médicos:
Consecuencias De acuerdo con Doctores por los Derechos Humanos (PHR), algunos de los impactos produjeron en adultos y niños “trastorno de estrés postraumático, trastorno depresivo mayor y trastorno de ansiedad generalizada”.
“Sin embargo, cuando llegaron a Estados Unidos, las autoridades de inmigración retiraron por la fuerza a los niños de los brazos de sus padres, o los retiraron de sus padres mientras sus hijos dormían, o simplemente ‘desaparecieron’ a los niños mientras sus padres estaban en las salas del tribunal o recibiendo atención médica”.
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