LAS MENTIRAS DE TRUMP
El dictador tiene una terrible obsesión con los índices y los números. Hay una bitácora completa de sus mentiras que incluyen porcentajes y cifras: “La mayor audiencia en una inauguración presidencial”, “Mi administración ha reducido la inmigración ilegal a la mitad”, “El acuerdo con Canadá y México es el mas grande acuerdo comercial firmado en la historia”, y la lista es larga, muy larga. Sobra decir que estas exageraciones no están basadas en la realidad.
Esa obsesión, y la tendencia a manipular los números para exaltar su imagen podrían ser consideradas inofensivas en algunos casos, sin embargo hay temas en los que el asunto es de vida o muerte. Ese momento lo estamos afrontando con el coronavirus.
Trump ha hecho una serie de declaraciones falsas en la última semana, algunas han sido desmentidas por sus subalternos, incluido el propio vicepresidente; otras por médicos y especialistas, y por la prensa.
Y precisamente en lo que respecta a su enfermiza obsesión por los números, en una declaración que además demuestra la monstruosidad de este sujeto, señaló que no iba a permitir que un crucero con 3,500 personas a bordo, la mayoría de ellos estadounidenses, y en el que se han detectado al día 45 casos de coronavirus, anclara y sus ocupantes fueran trasladados a casas de salud. No hay justificativo para dejar a 3,500 seres humanos en un barco en donde no se les puede prestar las atenciones médicas necesarias. Sobretodo cuando
Coronavirus El inquilino de la Casa Blanca debe tomar en serio este asunto de salud pública.
el motivo es, como dijo, no hacerse cargo de esos casos que no fueron su culpa. Es decir lo que le interesa es no agregar casos a los ya existentes para que los números no aumenten.
A esto se puede agregar que aseguró que la pandemia en los Estados Unidos está controlada; que el porcentaje de fatalidades por la enfermedad no es el que afirman las autoridades de salud; y, que hay suficiente material para que cada estadounidense sea examinado y diagnosticado. Todas estas afirmaciones son mentiras, punto.
El peligro del coronavirus es latente, y se exacerba con la actitud irresponsable de las autoridades, especialmente del ocupante de la Casa Blanca. Al desvirtuar y minimizar los riesgos, y llamarlos una farsa, Trump llama a engaño a la población, especialmente a su culto que confía en él sin cuestionarlo. Esto provoca una negación y un descuido en la gente que puede conducir a una propagación que provoque miles de muertes.
En circunstancias como las que vivimos actualmente hace falta un liderazgo honesto, humano y responsable. Lo que tenemos es un ególatra, mentiroso y que no tiene ningún interés por la vida y el bienestar de sus conciudadanos; y unos subalternos y clase política que solo mueven los ojos en desesperación, guardan silencio o justifican sus mentiras.•