CORONAVIRUS Y LOS INMIGRANTES
Hasta que la pandemia baje por medidas de contención, medicamentos o una vacuna, el coronavirus durará meses o años. Para navegar la incertidumbre de este período, son críticas las medidas económicas de emergencia. Van a ser costosas y tener secuelas negativas a largo plazo. Pero son necesarias.
Hasta ahora, el Banco de la Reserva Federal bajó las tasas de interés en medio punto porcentual, abaratando el crédito a 1.75%. El Congreso aprobó asimismo un paquete de $8,300 millones, probablemente insuficiente.
El presidente Trump ha propuesto reducir el impuesto al salario, y alivio salarial para trabajadores por horas, lo que dejaría más dinero en manos de los trabajadores y es indudablemente popular. Pero no es práctico estimular gastos de una población encerrada en sus casas sin ir al cine o de viaje.
La verdad es que la respuesta de la Casa Blanca a la pandemia aún está lejos de desarrollar un plan concreto. Y las declaraciones de Trump ayer, en lugar de tranquilizar, preocupan más.
El sentido común sugiere medidas que beneficien a la población más vulnerable, para reducir la expansión del coronavirus y evitar la pauperización de la clase trabajadora y los pequeños negocios.
Por ejemplo, legislar tiempo libre pago para permitir a los trabajadores asalariados enfermos quedarse en sus casas. Ofrecer préstamos a tipo de interés cero, respaldados por el gobierno federal, a aquellos pequeños negocios que provean a sus empleados días de enfermedad pagos.
Ofrecer pruebas del coronavirus gratuitas para participantes de eventos multitudinarios, pasajeros en cruceros, y los que vuelven del exterior.
Washington debe pagar por los gastos extra del sistema de salud. Los gobiernos locales o estatales no pueden hacerlo. Incluye movilizar al ejército con hospitales móviles y suministrar equipo de protección adecuado para proteger al personal médico. Estudiar la posibilidad de, como ha hecho Italia, suspender de manera selectiva el pago de hipotecas y deudas.
Respecto a los inmigrantes indocumentados, es necesario que el gobierno detenga los ataques de ICE, que los mueve a retirarse de la vista pública. Por las redadas migratorias en hospitales y clínicas, evitan acudir a éstos, o a denunciar crímenes a la policía. Necesitamos que se hagan prueba de la enfermedad y reporten si la contraen, sin temor a ser deportados.
El gobierno debe suspender la regla de carga pública, y los incrementos en los precios de trámites migratorios, cuya intención es que sean prohibitivos y reduzcan la inmigración legal, y devolverlos a los niveles del año pasado.
Todas estas son algunas medidas posibles, de rápida aplicación y resultados inmediatos, que contribuirán a que los segmentos más vulnerables de la población - y los más expuestos al virusrecuperen la confianza.•
Economía «Hay que tomar medidas que den tranquilidad».