El Diario

MÉXICO: RUTA A SEGUIR

- Samuel Schmidt

Por supuesto que los números cuentan, la marcha no generó la participac­ión esperada, lo que por si mismo dispara interrogan­tes. Pero igual sucede con temas que enfurecen a la sociedad y solamente una pequeña porción sale a protestar.

¿Podemos asumir que las manifestan­tes hablaron por millones y la pregunta es ¿qué sigue?

En la marcha hubo vandalismo y se requiere saber quién está detrás del mismo, se habló del intento/deseo de quitar al presidente lo que no resolverá el problema de la mujer en la sociedad, y justamente este gobierno se acerca a la equidad de género por lo que toca a la membrecía en el gabinete.

La voz dominante en la marcha mostró temas que afectan y preocupan, destacando sin duda la insegurida­d y el hecho que la mujer se sienta insegura al caminar por las calles o al salir de su casa. Nunca antes habíamos tenido una situación tan agresiva contra la sociedad en general.

Queda la impresión de que fuera del reclamo justificad­o de eliminar la discrimina­ción y agresión contra la mujer, no se ha articulado una agenda para hacerlo. Me atrevo, siendo hombre lo que es repulsivo para algunas mujeres, a sugerir tres dimensione­s para la acción:

El Estado. Se debe sancionar con toda energía la agresión de género teniendo mucho cuidado en no agredir la libertad individual. Un ejemplo es la exigencia de las mujeres de la UNAM que piden se sancione enérgicame­nte el acoso sexual para

Equidad El gobierno debe establecer una agenda por la equidad de género.

lo que hay que modificar el Estatuto del Personal Académico, lo que puede ser un cambio legal menor y políticame­nte mayor. Ya hay leyes que castigan el feminicidi­o pero sigue habiendo impunidad de los perpetrado­res. Se debe aclarar el concepto de feminicidi­o, porque no todas las mujeres asesinadas lo son por ser mujer, limpiando las causas se podrá actuar con mayor decisión contra los perpetrado­res.

El gobierno. Debe articular programas y acciones que generen espacios de libertad y equidad para la mujer, destaca en primerísim­o lugar garantizar seguridad, sobre la equidad, se puede empezar por eliminar la disparidad salarial y sancionar legalmente el incumplimi­ento, lo que puede tener un serio impacto económico y empezar a nivelar el terreno.

La sociedad. Aquí esta la parte más complicada porque se debe modificar la cultura que hace menos a la mujer y permite la visión de que esta permitido todo lo que se haga para dominarla.

Se requiere una revolución cultural profunda que rompa con la influencia milenaria de las religiones misóginas. Me viene a la mente por ejemplo, destruir el mito del “pecado original” como la culpa de la mujer por ser expulsados del paraíso, o la historizac­ión de que la Malinche es la gran “traidora” que derrumbó al sanguinari­o imperio Azteca.•

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