Carlos Vives le pone espíritu
“Hay que hacer canciones para que la gente no se nos enferme”, dice el colombiano
El coronavirus no le quita la sonrisa a Carlos Vives: el colombiano cree que precisamente en estos momentos es cuando más se necesita música y buenas caras.
“Hay que hacer canciones para que la gente no se nos enferme con el coronavirus, hay que hacer canciones para subir el espíritu. Es importante el cuerpo, pero también el espíritu. A todas las cosas que enfrentamos hay que ponerles espíritu. Hay que hacer música, cantar”, dijo el colombiano.
Vives, icono de la cumbia y el vallenato, intérprete de que van desde “La Gota Fría”, pasando por “Déjame Entrar”, hasta “Robarte un Beso”, debutará en el Vive Latino en México, donde aún no se cancelan los eventos musicales.
En tiempos de incertidumbre, la actuación del cantante, de 58 años, está confirmada.
“Me invitaron y me pareció chévere. Estos festivales más contemporáneos, de pronto la gente no se imaginaría a Carlos Vives ahí, pero creo que el Rock de mi Pueblo (título de su undécimo álbum) está para eso y mucho más.Me llama la atención porque al final han sido los artistas más jóvenes los que a mí me han buscado para trabajar”, dijo.
Al escenario llevará todos sus éxitos, incluida una probadita de Cumbiana, su próximo material discográfico, del que ya se desprende el tema “No Te Vayas”.
En un nivel espiritual, la placa pretende ser una exploración a las raíces de la cumbia, ese género que nació en Colombia gracias al mestizaje cultural.
“Nace la cumbia en el río grande de la Magdalena. Un país indígena, Pocabuy, le llamaban. Rescatar esa memoria, más lo que vino después, es lo que llamo Cumbiana”, cuenta.
“Es como un mundo alrededor de un sentimiento musical que tiene que ver con la cumbia, con todos sus hijos, los vallenatos. Tiene que ver con México, con lo cubano, con lo argentino. Es un álbum que recorre todo”, agrega.
El disco, adelanta, contendrá colaboraciones con figuras consagradas, como el español Alejandro Sanz, el dominicano Juan Luis Guerra y el panameño Rubén Blades.
Admiración mutua es lo que nutre esas amalgamas, menciona, pero también química personal sin la cual ninguna unión funcionaría.
“También trabajo con mucha gente joven. Por ejemplo, Jessie Reyez, una de las revelaciones, quien estuvo nominada a los Grammy. Es una cantante de familia colombiana-canadiense que está en el mundo anglo pero que tiene esa herencia de las cosas de la tierra”, concluye.