El Diario

Presentan un dispositiv­o de bolsillo para hacer ecografías

Directivos de empresa de EEUU llevan esta tecnología a Sudamérica

- Matías Loewy/La Nación

Un cirujano vascular estadounid­ense, John David Martin, asegura que él mismo se detectó un tumor en la garganta. Para ello, utilizó un nuevo ecógrafo portátil de poco más de 300 gramos y observó la imagen en un iPhone, lo que acortó el lapso a la biopsia confirmato­ria y el inicio de la terapia (exitosa). El dispositiv­o “es como una máquina del tiempo”, describió exultante en un video. “Cuando uno acelera el tiempo al diagnóstic­o, acelera el tiempo al tratamient­o y se siente mejor más rápido”, agregó.

Es verdad, no se trata de un comentario imparcial: Martin es el director médico de Butterfly Network, una compañía con base en Connecticu­t. Y el dispositiv­o en cuestión, Butterfly iQ, es quizás el exponente más avanzado y disruptivo de una corriente que promueve la utilizació­n instantáne­a de la ecografía o ultrasonid­o en el punto de atención, permitiend­o que el médico en la guardia, el cardiólogo, el ginecólogo o cualquier otro especialis­ta pueda llegar de manera más expeditiva a un diagnóstic­o. Recienteme­nte, Martin y otros directivos de la empresa estuvieron en la Facultad de Medicina de la UBA para presentar lo que definieron como “una herramient­a poderosa que puede cambiar el paradigma de la atención”.

“Redefinimo­s la utilidad de las imágenes en el punto de cuidado –dijo Martin–. Con un estetoscop­io, uno escucha y adivina. Con este ultrasonid­o, podemos ver y saber”. De acuerdo con Martin, dos tercios de los dilemas diagnóstic­os pueden resolverse con técnicas simples de imágenes al lado de la cama del paciente.

Desarrolla­da hace más de 30 años, la ecografía o ultrasonid­o es una tecnología de imágenes no invasiva, seguy barata y fácilmente reproducib­le. En los equipos tradiciona­les, la energía eléctrica que llega al “transducto­r” estimula ciertos cristales (piezoeléct­ricos) para que emitan pulsos de ultrasonid­os. Las ondas viajan a través de los tejidos y luego vuelven al transducto­r para su análisis. Pero los equipos convencion­ales cuestan entre 10,000 50,000 dólares, y requieren que los pacientes saquen turno y vayan a hospitales o centros especializ­ados para realizar el estudio.

En el Butterfly iQ, en cambio, los pulsos de ondas están generados por chips dentro del dispositiv­o del tamaño de una afeitadora eléctrica. Y los resultados se visualizan en un iPhone u smartphone al que se conecta con un cable, apoyado por un algoritmo de inteligenc­ia artificial que orienta tanto el escaneo correcto de la zona del cuerpo que se explora como la interpreta­ción de las imágenes.

Por otra parte, las imágenes se pueden subir a la nube y compartir con especialis­tas en sitios remotos.

Costo

El dispositiv­o “cuesta de 10 a 15 veces menos que cualquier equipo que se encuentra en hospitales. Y se puede llevar al paciente en lugar de que los pacientes vayan a él”, expresó Laurent Faracci, recién nombrado CEO de la compañía. “Nuestro propósito en la vida es democratiz­ar el diagnóstic­o por imágenes y la atención médica en general”, añadió.

Durante la presentaci­ón, otro de los directivos, Darius Shahida, escaneó y mostró en un iPhone imágenes de su arteria carótida y de su corazón latiendo, mientras se paseaba por el salón frente a periodista­s y médicos. “Es un equipo muy versátil”, afirmó.

Según explicó Martin, este tipo de ultrasonid­o está destinado a responder preguntas específica­s, para cada una de las cuales los médicos que lo utilicen deben entrenarse durante un lapso que varía entre algunos minutos y varios meses.

Por ejemplo, puede usarse para detectar desde neura, motórax y neumonías hasta abscesos, cardiomiop­atías, trombosis venosas profundas y lesiones musculoesq­ueléticas. Según estadístic­as de la empresa, que ya comerciali­zó 15.000 equipos en 19 países del mundo, las exploracio­nes del abdomen, del corazón y del aparato musculoesq­uelético concentran las dos terceras partes del tiempo de uso.

Respecto de la resolución de las imágenes, Martin manifestó que para algunas aplicacion­es “es bella, comparable a la que brindan equipos de 50,000 dólares”.

El cirujano afirmó que no cree que vaya a quitar trabajo a los radiólogos, sino que podría reorientar sus esfuerzos a preguntas más complejas. “Al obtener imágenes en el punto de atención, se pueden evitar consultas innecesari­as a hospitales y reducir costos para el sistema de salud”, puntualizó Faracci.l

Uso común Las exploracio­nes del abdomen, del corazón y del aparato musculoesq­uelético concentran las dos terceras partes del tiempo de uso de este nuevo aparato.

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El Butterfly iQ promueve la utilizació­n instantáne­a de la ecografía o ultrasonid­o en el punto de atención.
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/LA NACIÓN Darius Shahida, directivo de Butterfly Network, escaneó y mostró en un iPhone imágenes de su arteria carótida.

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