La llama olímpica ya está en Japón
Con mucha incertidumbre y poco público es recibida para iniciar su periplo en el país sede
La llama olímpica llegará este viernes a Japón para iniciar un recorrido por todo el país, que tendrá lugar sin presencia multitudinaria de público y entre dudas crecientes sobre si los Juegos Olímpicos de Tokio podrán celebrarse este verano debido al coronavirus.
La llama fue transportada en un avión que partió este jueves desde Grecia y llegó al aeropuerto tokiota el viernes, antes de iniciar un trayecto por territorio nipón que promete ser uno de los más atípicos de la historia reciente de los Juegos Olímpicos por las medidas excepcionales contra el COVID-19.
Estaba previsto que una delegación liderada por el presidente del comité organizador de Tokio 2020, Yoshiro Mori, y la ministra de los JJOO, Seiko Hashimoto, viajara a la ceremonia de entrega de la llama en Atenas, pero este plan se ha visto alterado por las complicaciones del transporte aéreo derivadas del coronavirus.
Y es que Grecia aplica una cuarentena obligatoria de dos semanas a todas las personas que lleguen al país procedentes del extranjero, al igual que hace Japón con todos los viajeros que lleguen al país desde 38 países europeos.
La exnadadora olímpica Naoto Imoko fue la encargada de recoger la antorcha, que a su vez será custodiada por varios oficiales de Tokio 2020 que se encontraban en Grecia y la entregaron a su llegada a la base aérea de Matsushima (nordeste de Japón), donde se celebró una ceremonia de bienvenida de escala reducida.
Tras su llegada a Japón, la llama olímpica -- para entonces ya prendida en la antorcha con forma de flor del cerezo -- será expuesta al público durante una semana en varias de las localidades niponas más castigadas por el terremoto y el tsunami de 2011, junto a diversos actos y festejos que han sido suspendidos.
El relevo de la antorcha olímpica arrancará el próximo día 26 en el J-Village, unas instalaciones deportivas en la prefectura de Fukushima (noreste) que servían hasta hace poco como base logística para acceder a la accidentada planta nuclear de Fukushima Daiichi.
El comienzo del recorrido de la antorcha a manos de las “Nadeshiko” (la selección femenina de fútbol campeona mundial en 2011) iba a marcarlo una ceremonia abierta al público, pero finalmente tendrá lugar sin asistentes para evitar posibles contagios por el coronavirus y siguiendo las recomendaciones del gobierno nipón. De hecho, el resto de los relevos tendrán el mínimo de público.