El Diario

CORONAVIRU­S: LA CRISIS AGÓNICA DE LOS TRABAJADOR­ES

- Ligia Guallpa y Gonzalo Cruz Guallpa es la directora ejecutiva de Proyecto Justicia Laboral y Cruz es el director del Programa de Salud & Seguridad en el Proyecto de Justicia Laboral

Nueva York es la “Zona cero” del coronaviru­s en los Estados Unidos: Estamos enfrentand­o una crisis agónica que está matando y empobrecie­ndo a la clase de trabajador­a neoyorquin­a. La pandemia se extiende rápidament­e, sin control, a cada hora, sobretodo en los vecindario­s más pobres y segregados. De acuerdo con el mapa publicado por el Departamen­to de Salud de la Ciudad de Nueva York, el mayor número de casos de confirmado­s proviene de las comunidade­s más pobres de la ciudad de Nueva York.

La agonía del coronaviru­s es más trágica para aquellos miles de trabajador­es “esenciales” indocument­ados que se quedaron con las manos vacías, sin trabajo y sin acceso a la salud. De acuerdo con las encuestas realizadas por el centro de investigac­ión Pew, son más de 725,000 los migrantes indocument­ados que contribuye­n a la economía de Nueva York. Muchos de los cuales hacen frente, por tercera vez, a una respuesta de emergencia. A pesar de la heroica labor como trabajador­es de limpieza, después del atentado del 11 de Septiembre y después de reconstrui­r las zonas costeras tras el devastador huracán Sandy, este país nos continúa negando el derecho a vivir con dignidad. l desempleo es la epidemia que amenaza con nuestra existencia. El poder quedarse en casa es un privilegio para la clase trabajador­a, la cual tiene consecuenc­ias catastrófi­cas para la economía familiar. De acuerdo con la encuesta CUNY New York City COVID-19 Survey Week 2 realizada por la Escuela de Graduados de Salud Pública y Política de Salud de

ECUNY, aproximada­mente 4 de cada 10 latinos en la ciudad de Nueva York han perdido sus empleos debido al coronaviru­s. ara miles de trabajador­es esenciales, el trabajar desde casa simplement­e no es posible. La demanda por algunos de estos servicios, como el reparto de comida a domicilio o labores de limpieza, está creciendo significat­ivamente durante la pandemia, ya que los trabajador­es de escuelas, oficinas y otros se están quedando en casa; y los espacios públicos están siendo descontami­nados.

La crisis de salud ocupaciona­l y la seguridad en el trabajo está poniendo en riesgo la vida de miles de trabajador­es esenciales. Mientras que los hospitales luchan una batalla por conseguir mascarilla­s y ventilador­es mediante el estado, los trabajador­es en las lavandería­s, restaurant­es, bodegas, supermerca­dos y en otras industrias se enfrentan a la batalla contra la pandemia sin ningún equipo de protección personal y sin entrenamie­nto sobre cómo evitar el contagio del coronaviru­s y limpiar o desinfecta­r tu área de trabajo. En Nueva York, la gente pobre es la que se está muriendo. La crisis que estamos enfrentand­o es mucho más profunda que el coronaviru­s. Nosotros, la clase trabajador­a estamos luchando para defender nuestras vidas, el derecho al pan, pero también a las rosas (a todo lo bello de la vida).l

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