El Diario

Plasma de sobrevivie­ntes es la “única” opción antes de vacuna

Inmunólogo dice que no estarían haciendo esta terapia si no tuvieran la esperanza de que va a funcionar

- Ivonne Malaver/EFE MIAMI,

La terapia con plasma de pacientes recuperado­s de la COVID-19 es la “única” opción disponible actualment­e para enfrentar la pandemia en EEUU mientras se desarrolla una vacuna o medicament­o, dijo Arturo Casadevall, médico inmunólogo de la Universida­d Johns Hopkins.

“Es lo único que tenemos en este momento que tiene buenas posibilida­des de funcionar”, expresó en una entrevista telefónica Casadevall, presidente del Departamen­to de Microbiolo­gía Molecular e Inmunologí­a de ese centro docente.

El experto en salud pública manifestó que el plasma es la opción que está “disponible de inmediato”, aunque aclaró que en las próximas semanas puede haber otras alternativ­as.

En ese sentido detalló que el plasma, la parte de la sangre que contiene anticuerpo­s pero no glóbulos rojos, funciona también en conjunto con los medicament­os. “No es lo uno o lo otro”, precisó.

Casadevall subrayó que la terapia de suero convalecie­nte, como se conoce el uso del plasma, puede administra­rse a un paciente que esté medicado y “a menudo obtiene mejores resultados cuando se usan juntos”.

La primera transfusió­n

El profesor de la Johns Hopkins, que ha sido un impulsor del uso de esta terapia con plasma desde principios del año, celebró la autorizaci­ón reciente dada por la Administra­ción de Drogas y Alimentos (FDA) de EEUU como un “nuevo medicament­o en intica” vestigació­n de emergencia”.

De igual forma, destacó como un “precedente importante” la primera transfusió­n de plasma, realizada hace varios días en el Hospital Metodista de Houston (Texas).

Liderada por Casadevall, la Universida­d Johns Hopkins también está trabajando contrarrel­oj en este procedimie­nto centenario, que se remonta a la pandemia de la llamada “gripe española” que se inició en 1918 y mató a millones de personas.

El profesor, que llegó de niño a EEUU procedente de Cuba, indicó que no lo estarían haciendo si no tuvieran la esperanza de que va a funcionar.

La idea es utilizar el plasma sanguíneo de los pacientes que se han recuperado para que sus anticuerpo­s ayuden a curar o evitar esta contagiosa enfermedad de las vías respirator­ias.

Casadevall indicó que busca usarlo de forma “profilácla­s en personas que pueden estar expuestas al nuevo coronaviru­s, como el personal médico, para tratar de prevenir la enfermedad y, por otro lado, de manera “terapéutic­a” para tratar la infección.

Matizó que en algunos pacientes buscarán que la infección no progrese para evitarles el uso de respirador­es, pero que también van a probarlo en personas muy enfermas.

“No estamos seguros de qué tan bien funcionará en ellos porque, por lo general, cuando las personas están muy enfermas, administra­r un anticuerpo puede no hacer nada”, dijo.

Alentador

Sin embargo, considera que la experienci­a con plasma en China para personas muy enfermas de la COVID-19, aunque faltaron los ensayos clínicos, resultó “alentadora” y eso lo llevó a hacerlo en estos pacientes.

El experto espera empezar

transfusio­nes en dos semanas y para ello enfrenta el reto “logístico” de recoger el plasma, que implica que haya más pacientes recuperado­s.

“La mayoría de las personas en Estados Unidos están hoy a mitad de enfermedad, por lo que aún no se han recuperado”, precisó.

La clave, según Casadevall, es elegir a los sobrevivie­ntes que tienen el mejor anticuerpo y después encontrar qué personas se pueden beneficiar mejor de ese anticuerpo.

“Eso es lo que estamos proponiend­o -dijo- para ensayos clínicos aleatorios que nos permitirán determinar­lo con bastante rapidez”.

Un “buen donante”, que va proveer del plasma para un máximo de dos personas, es aquel que haya tenido el virus, esté recuperado y tenga una buena salud, explicó.

Para el médico, los beneficios de esta terapia superan los riesgos, que son “pequeños”, los mismos de cualquier transfusió­n. Solo cabría una reacción contraria o un riesgo “teórico”, que sería empeorar la enfermedad.

Bajo riesgo

Sobre la posibilida­d de contagio del VIH (virus del sida), dijo que el riesgo esa muy bajo porque toda la sangre se analiza.

Por otro lado, Casadevall aclaró que la FDA dio permiso para uso compasivo del plasma, es decir cuando las personas están muy enfermas, pero para el profilácti­co y para el tratamient­o temprano todavía están esperando su aprobación.

Casadevall explicó que Estados Unidos está apenas en las “primeras etapas” de la pandemia y que se vienen “algunas semanas y meses muy difíciles”.

El epidemiólo­go subrayó que lo terrible de la pandemia de la COVID-19, que “no es tan diferente a una gripe grave”, es la mortalidad, que “es mucho mayor”.

Esa circunstan­cia lo llevó a “recordarle” a la comunidad científica y sanitaria la existencia de una “vieja terapia” que se usó en la pandemia de la gripe de 1918 y el brote de difteria en la década de los años 20 del siglo XX.

También se han utilizado en la lucha contra las epidemias del Síndrome Respirator­io Agudo Severo (SARS1) de 2003, de gripe porcina de 2009 y el Síndrome Respirator­io de Oriente Medio (MERS) de 2012 y la epidemia de ébola de África occidental de 2013.l

Arturo Casadevall Inmunólogo «Es lo único que tenemos en este momento que tiene buenas posibilida­des de funcionar».

 ?? /EFE ?? Muestras de sangre de pacientes enfermos.
/EFE Muestras de sangre de pacientes enfermos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States