¿Dónde pedir ayuda?
Si estás teniendo problema con el manejo del alcohol o hay algún familiar en esa situaciónn, puedes llamar a la línea: 1-877-8-HOPENY (1-8778467639) y pedir hablar en español
Puedes enviar un mensaje de texto al: 467369 La antigua oficina de servicios de Alcoholismo y abuso de sustancias, hoy conocida como OASAS (Oficina de servicios y apoyo a adicciones), ofrece ayuda también a través de su sitio online sobre prevención, tratamientos y recuperación del alcoholismo. Visita este sitio web para más información: (https://oasas.ny.gov/contact-us) Alcohólicos Anónimos ofrece reuniones periódicas en línea también. Visita este sitio: https:// www.aa.org/pages/en_ US/options-for-meeting-online.
Angustia y estrés = más alcohol
Y el propio Gobernador afirmó que entiende la situación de aquellos que como Conde y Céspedes admiten que la angustia y el estrés han sido los disparadores hacia el alcohol.
“Esta no es una situación sostenible: el cierre de todo, el cierre de la economía, estar encerrados en el hogar. Eso es algo que uno puede hacer por un corto período de tiempo, pero no se puede aguantar para siempre”, admitió el político, quien aunque no reveló datos específicos del incremento que se ha registrado en el consumo de alcohol, hizo un llamado a quienes están teniendo problemas con la bebida a que busquen ayuda.
“Este es un problema crónico. Si siente estos problemas, queremos decirles que
no estás solo”, agregó Cuomo. El Gobernador invitó a los habitantes del estado y de la Gran Manzana a no subestimar los efectos del estrés y advirtió que “pueden y deben pedir ayuda” llamado al 844863-9314 o consultando el sitio web omh.ny.gov.
“La gente no debe ser tímida de ninguna manera ni tener dudas sobre pedir auxilio”, dijo Cuomo. “Es un problema generalizado, y las personas deben hacer una llamada y obtener la ayuda si la necesitan”.
Asimismo, la Oficina de Servicios y Apoyos de Adicciones del Estado (OASAS), que lidia con ayuda a personas con problemas de sustancias y de alcohol, aseguró que reconocen las posibles consecuencias del aislamiento durante la pandemia como un factor que activa la posibilidad de un mayor consumo de alcohol.
Al mismo tiempo, esa agencia advirtió que a pesar del cierre de muchos negocios y oficinas en Nueva York, los programas de apoyo a personas con problemas de alcohol siguen activos.
“El aislamiento se considera uno de los factores de riesgo para desarrollar un trastorno por uso de sustancias. Para combatir este y otros factores de riesgo, todos los proveedores de OASAS permanecen abiertos durante la pandemia, y estamos comprometidos a garantizar que todos nuestros servicios permanezcan disponibles para cualquier persona que lo necesite”, dijo Evan Frost, vocero de OASAS.
El presidente del Concejo Municipal Corey Johnson, también confirmó el incremento en el uso del alcohol en medio de la crisis del COVID-19 y mencionó que la Ciudad debe proveer los recursos necesarios para hacerle frente a esta problemática.
“Continuamos extremadamente preocupados por el aumento del alcoholismo y el trastorno por consumo de sustancias entre los neoyorquinos que experimentan ansiedad, miedo y estrés, y que están confinados en el hogar, debido a esta pandemia”, dijo el jefe del organismo legislativo. “Debemos hacer todo lo posible para abordar este creciente desafío y ser creativos para proporcionar recursos a los necesitados”.
Y habiendo experimentado en carne propia los dolores
del alcoholismo, Gregorio A, miembro del grupo de alcohólicos “Jóvenes Manhattan”, de Harlem, que trabaja teniendo la mano mayormente a latinos afectados por el consumo de licor, reconoció que el estrés y los efectos emocionales de la pandemia sí están siendo un un detonante peligroso para aumentar el consumo de bebidas.
“Ahorita hay gente que está desempleada, hay mucha gente que por lo mismo se sienten estresados de no encontrar un trabajo, de no poder pagar sus ‘biles’ ni sus cuartos o muchos pensando que no van a tener donde vivir y por lo mismo caen en alcohol, viéndolo como alivio, pero sin embargo lo único que terminan haciendo es que destruyen sus vidas”, dijo el joven, advirtiendo que su organización sigue ofreciendo apoyo, al menos telefónico a quienes deseen pedir ayuda.
“Aunque ahora las cosas están cerradas, tratamos de ayudarnos entre nosotros y si alguien se pone en contacto con nosotros o un familiar, miramos como podemos ayudarlos, pues hay que entender que el alcoholismo es una enfermedad”, agregó el miembro de Jóvenes Manhattan, quien tras estar en lo que según dijo fue “el infierno” del alcoholismo, pidió a quienes buscan un escape en el licor, no caer en la trampa.
“Le digo a la gente que no se desesperen, que tengan fe y crean en Dios. Sabemos que la pandemia es una enfermedad para la que nunca estuvimos preparados, fue algo que nos llegó así nada más, pero en vez de refugiarnos en el alcohol, debemos ver esto como una prueba para reflexionar y analizar”, dijo Gregorio. “El problema es que cuando estamos bebiendo, celebramos por todo y por nada, pero el alcohol nos puede llevar a la destrucción y más en estos momentos tan difíciles”.
«No es que me esté volviendo loco ni nada, pero hay días en que me agarra mucho pánico y el licor como que me calma. Para mi ha sido como mi escape para huir de esta pesadilla. Los solo números de muertos me ponen mal y tomar como que me hipnotiza». -Julio Céspedes