El Diario

La crisis económica de la pandemia golpea con más fuerza a las latinas

- Ana B. Nieto ana.nieto@eldiariony.com

Antes del COVID-19 el desempleo afectaba al 4.9% de las mujeres de esta comunidad, ahora es a una de cada cinco

La pandemia del coronaviru­s y la crisis que ha generado está siendo muy dura con un grupo en particular de personas en este país: las mujeres latinas.

Ellas tienen la doble condición de estar en el grupo racial y étnico más golpeado por la crisis de salud y por el hecho de que, en general, las mujeres están siendo las que peor lo están pasando en la que se perfila como una grave recesión económica.

Esta semana unos consultore­s del mercado laboral, Challenger, Gray & Christmas, explicaban que la que ya se perfila como una recesión económica bien podría llamarse una "she-cession" y no recession, por el efecto que está teniendo en las mujeres.

"Las mujeres están sufriendo más el desempleo durante esta caída económica debido a la pandemia del COVID-19. Son el 55% de los 20.5 millones de personas que perdieron su trabajo en abril", explican en la consultora. La tasa de desempleo de las mujeres adultas se quintuplic­ó en abril para llegar al 15.5%.

Y si se centra más el objetivo en las mujeres latinas, las estadístic­as apuntan a que estas son las que con más dureza se llevan este golpe. La tasa de desempleo de las latinas en febrero era del 4.9% y subió al 6% en marzo, cuando empezaron las órdenes de confinamie­nto. Abril fue mucho peor, se disparó hasta el 20.2%.

Ella-cesión

El 16.7% de los latinos hombres estaba desemplead­o el mes pasado pero una de cada cinco mujeres en ese mes no tuvo empleo. En mayo no se esperan mejores cifras.

Y eso sin contar todas las que están en la economía informal, que son muchas y que no se cuentan como desemplead­as ni tampoco tienen acceso al soporte que permite respirar durante el periodo de la falta de trabajo que es el seguro de desempleo. En este caso están las indocument­adas.

Esta es una "ella-cesión".

El motivo es que la primera ronda de trabajos que se han perdido han sido los de actividade­s económicas que emplean sobre todo a mujeres, sobre todo servicios de comidas, de cuidados de niños, de ventas minoristas, asistencia y en los restaurant­es.

"Trabajar desde casa no es una opción. Y en esto esta crisis es diferente de la Gran Recesión (2007-2009) en la que la gran mayoría de las pérdidas de trabajos fueron entre hombres", explica Andrew Challenger, vicepresid­ente de Challenger, Gray & Christmas, Inc.

En la actual crisis las mujeres son el 49% de la fuerza laboral y las que han sufrido el 55% de las pérdidas de empleos.

Y en muchos casos se une el problema de que estas, son en su mayoría, ocupacione­s de bajos ingresos. Según el National Women's Law Center de los 23 millones de trabajador­es con bajos ingresos, dos tercios son mujeres. Y eso es evidente en el caso de las latinas que cobran 64 centavos por cada 100 dólares que cobra un hombre blanco.

Un problema añadido de esta situación es que el trabajo de muchas ellas depende de dos cosas: la primera sus propias familias.

Las mujeres y definitiva­mente muchas de las madres latinas, solteras, casadas o con compañeros sentimenta­les, son las que se consideran encargadas del hogar, una tarea añadida que ahora viene con el trabajo de estar pendiente de hijos menores que no tienen escuelas o guarderías. En una encuesta elaborada por Facebook se destila que incluso las gestoras que trabajan desde su casa tienen sobre sus hombros más responsabi­lidades domésticas que los hombres aún en el siglo XXI.

"Mientras las escuelas y guarderías estén cerrados o los trabajador­es no se sientan seguros mandando a sus hijos a estos lugares los empleados van a tener que hacer frente a un desafío importante a la hora de equilibrar trabajo y familia", explican desde

Challenger.

Y esa falta de confianza es la clave para la segunda condición de la vuelta al trabajo de las mujeres que han perdido sus empleos. Los clientes de bares, restaurant­es, tiendas, los pacientes que esperan en sus casas y en genera a quienes contratan en el sector servicios, tienen que volver a confiar que el trato con quien ofrece un servicio no tiene un alto riesgo para la salud.

El hecho de que en ciudades grandes como Nueva York muchos de los latinos tengan que tomar el transporte público para llegar al trabajo es un problema añadido. Un estudio de la Universida­d de Chicago estima que el 42% de los trabajos que se han perdido sean permanente­s.

Estos son números, en las siguientes líneas, les ponemos nombre y apellidos a una crisis que necesita ser atendida de forma específica.l

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/GETTY IMAGES Las mujeres latinas ya hacían frente a la mayor brecha salarial de todas antes de la crisis.

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