Restricciones y miedo al COVID-19 cambian la frontera
Los arrestos en los cruces han bajado hasta 85%, dicen las autoridades
La frontera entre Estados Unidos y México se ha transformado radicalmente en el último año por las duras políticas migratorias de la Administración del presidente Donald Trump, que aunadas al miedo y las restricciones generadas por la pandemia de COVID-19 están teniendo un duro impacto en la inmigración proveniente de países centroamericanos.
De acuerdo con las más recientes cifras dadas a conocer el viernes por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en mayo pasado fueron arrestados un total de 23,118 migrantes indocumentados a lo largo de la frontera con México. Esto representa un descenso de 84% frente a las 144,116 detenciones reportadas en mayo de 2019, una cifra récord en un solo mes durante la presente administración, iniciada en enero de 2017.
De acuerdo con CBP, 82% de los arrestos en la frontera en mayo pasado correspondieron a migrantes mexicanos, mientras que 13% fueron personas originarias del
Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador).
Es una gran diferencia si se compara con mayo de 2019, cuando 72% de las detenciones correspondieron a migrantes del Triángulo Norte, en su mayoría unidades familiares, y solo 16% a mexicanos.
Analistas consideran que este descenso en las detenciones se debe a una serie de factores que están impactando el flujo migratorio, la COVID-19 uno de ellos.
“El coronavirus cerró las fronteras. Es importante recordar que no solo la frontera de Estados Unidos con México está cerrada, sino también está cerrada la frontera de México con Guatemala, que hay cierres en las fronteras de El Salvador, de Honduras”, dijo Elena Olea, directora asociada de Alianza Américas, una red trasnacional enfocada en mejorar la calidad vida de las personas en el corredor migratorio EEUU–México–Centroamérica.
Mientras que el año pasado las continuas llegadas de caravanas provenientes de Centroamérica a la frontera de México con Estados Unidos acaparaban los titulares en los medios de comunicación, en los últimos meses no se ha vuelto a organizar ninguna de ellas.
La simple salida de los migrantes centroamericanos de sus países de origen se ha vuelto más difícil, pues se requiere de mayores esfuerzos y recursos para poder atravesar las fronteras de forma clandestina y llegar a Estados Unidos.
La mayoría de los albergues que asisten los migrantes centroamericanos en su camino están cerrados, muchos de ellos por el temor a la COVID-19.
“Por el otro lado, la información ya ha circulado por toda la ruta que la frontera entre Estados Unidos y México está cerrada, que es más difícil obtener el asilo; todos estos factores hacen que las personas estén pensando en mejor no salir de sus países”, dijo Olea.
La Administración Trump ha implementado duras medidas como “deportaciones exprés” en las que, de acuerdo con CBP, en menos de dos horas un migrante indocumentado que es arrestado en la frontera es deportado de regreso a territorio mexicano. Desde que se instrumentó la medida a finales de marzo han sido deportados 43,000 migrantes.
Los migrantes centroamericanos también están siendo golpeados por las medidas migratorias establecidas por países como México, donde muchos se quejan de ser víctimas de las autoridades locales y el crimen organizado.
Expertos coinciden en que la crisis por la pandemia podría derivar en una nueva oleada de migrantes en los próximos meses llegando a la frontera de EEUU.l
Ernesto sobrevivió a un atentado. Dice que recibió varios disparos de bala, algunos le dieron y otros lo rozaron. No obstante, ahora cree que aún si le mostrara a un juez sus cicatrices y un reporte de la policía, le sería muy difícil iniciar un proceso de asilo para entrar a Estados Unidos.
“Como lo entiendo, ahora [valdría] solamente que trajera un video del atentado y se pudieran ver los que me dispararon, entonces tendría una prueba que convenza… O tal vez ni así”, indica el centroamericano, quien prefiere no identificarse.
Desde la primera semana de marzo ha esperado en Tijuana, México, a que Estados Unidos reanude las audiencias para miles de migrantes que están en un programa que los envió a la frontera mexicana a esperar turno para pasar a tribunales de migración.
Ernesto y su familia encontraron refugio en un albergue, pero dijo que ha sido desesperante no poder salir a buscar trabajo debido a la pandemia y no saber cuándo tendrá un turno para cruzar la frontera a presentar su caso.
“Todo está muy lento por esto del coronavirus. Hay miles de casos que van delante de nosotros... Todavía ni tenemos un número [para cruzar por turno la garita”.
Agrega que en Honduras un grupo de delincuentes le cobraba cada semana solo para dejarlo trabajar, pero el trabajo comenzó a escasear sin que los tipos armados bajaran su cuota. Pero lo que fue insoportable —indica— fue que un día de febrero le dijeron que arreglara a su niña, porque se la pensaban llevar.
Al llegar a Tijuana, Ernesto trajo consigo la denuncia que interpuso por esa amenaza y, como al presentar esa queja lo quisieron matar, también trajo el documento de una segunda acusación.
Sabía que enseguida tenía que huir con su familia.
“Si tan solo el juez, digo yo, supiera cómo estamos viviendo en Guerrero, yo creo que sí nos daría una oportunidad”, dijo Ernesto.
Propuesta para ‘agilizar’ los procesos
Sin embargo, los Departamentos de Justicia (DOJ) y de Seguridad Interior propusieron recientemente a la administración del presidente Donald Trump cambios que dificultarían aún más las posibilidades de conseguir asilo.
Ambas sedes argumentan que la oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) tiene retrasados más de un 1,100,000 casos —que van desde asilos a recial
pendientes.
Para agilizar los procesos, los departamentos proponen que los jueces decidan con base en las pruebas que presenten los solicitantes de asilo, si sus casos son dignos de continuar en procesos en cortes o carecen de suficiente justificación y entonces negar el asilo y ordenar deportación.
Las dos instituciones proponen cambiar “las regulaciones que rigen las determinaciones de miedo creíble para que sea un juez de inmigración [el que decida] en procedimientos simplificados, en lugar de en los procedimientos de la corte de inmigración”, de acuerdo con el documento de la propuesta.
Piden que los jueces decidan desde una entrevista ini