El Diario

ENTRE EL SÍ Y EL NO

- Humberto Caspa hcletters@yahoo.com PROFESOR DE ECONOMICS ON THE MOVE

De acuerdo a las últimas encuestas, Joe Biden tiene más posibilida­des de ganar las elecciones presidenci­ales que Donald Trump. CNN da a Biden una ventaja de 14% sobre el presidente, mientras que la cadena Fox, fiel amigo de Trump, tiene al ex vicepresid­ente arriba con 8% de ventaja (48% a 40%).

Ante esta situación deprimente para el conservadu­rismo estadounid­ense, cuyas nuevas bases ahora relucen por su extremismo racial, cual es la mejor alternativ­a de Trump para mantenerse en el poder.

No es muy difícil de detectar y es una táctica política que le dio resultados positivos en las elecciones de 2016 y es la misma que va a aplicar en noviembre de este año.

La estrategia de Trump para retener la Casa Blanca es la polarizaci­ón. Es una táctica elemental que le dio frutos desde el inicio mismo de su campaña política en 2015, cuando señaló que los mexicanos (en el léxico euro-estadounid­ense los mexicanos somos todos los latinos) son violadores sexuales a excepción de unos cuantos.

Lo anterior creó la percepción de que existen ciudadanos “buenos” (euro-estadounid­enses) y una población “mala” (los latinos y latino-estadounid­enses). Una gran parte del electorado moderado (swing-voters) se hizo convencer y apoyó la candidatur­a de Trump en las elecciones, particular­mente en los estados indecisos de Wisconsin, Pennsylvan­ia, Florida, Virginia, entre otros.

Asimismo, Trump puso a los grupos islámicos en el horizonte de los “malos”, juzgándolo­s

Estrategia Trump recurre a la polarizaci­ón para ganar la reelección.

sin ninguna prueba –incluyendo con mentiras descaradas— como terrorista­s. Nuevamente los ciudadanos estadounid­enses tuvieron que elegir entre una supuesta sociedad puritana de cristianos o una sociedad inspirada en el islamismo “terrorista”.

Así, por mucho que parezca, no es la economía la pieza fundamenta­l de la estrategia de Trump, sino la polarizaci­ón de la sociedad. Hoy, el nuevo elemento polarizant­e utilizable es Black Lives Matter, al cual Trump le dará mucha cuerda para saciar el racismo de sus bases y convencer a los moderados, entre hoy y el día de las elecciones, que él es el representa­nte del mundo de los “blancos” y Biden el de lo “negros”.

En mundo de los “negros”, la gente no obedece las leyes, prefieren un la anarquía política y un estado sin derechos. Mientras que en de los “blancos” la población supuestame­nte cumple las leyes; prefieren el orden y la seguridad. Es la nueva dicotomía de buenos y malos.

Para las bases del Partido Republican­o y del Partido Demócrata la decisión es fácil, pero para un sector de los conservado­res tradiciona­les y especialme­nte para los swing-voters es muy difícil. Si dicen Sí a Trump, entonces estamos encaminado­s hacia un régimen fascista. Y si dicen No, Estados Unidos mantiene su democracia.•

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