Marcos Llorente sigue encendido
Con dos goles le da un nuevo triunfo al Atlético de Madrid
Entre el tedio, el fútbol previsible del Atlético de Madrid y el muro compacto que planteó el Alavés surgió a la hora de partido la frescura, la velocidad y el desborde de Marcos Llorente, el promotor incontestable del triunfo, porque fue objeto de la falta que significó el 1-0 y del penalti que supuso el 2-0, reducido en los instantes finales con otra pena máxima de Joselu (2-1).
El primero lo aprovechó Saúl Ñíguez, a servicio de Trippier, después de que el centrocampista fichado al Real Madrid, hoy más atacante o extremo que otra cosa, hubiera encarado con toda la valentía que le había faltado en 60 minutos a su equipo; el segundo lo transformó Diego Costa, tras otra acción trepidante de Llorente.
El derribo en el área provocó debate. El árbitro consideró penalti.
En dos ‘ráfagas’ del ‘14’, todo quedó resuelto. Su transcendencia para el equipo es formidable, inimaginable no hace mucho. Es el hombre del momento en el conjunto madrileño.
Doble goleador en Anfield, ante Osasuna marcó un tanto y dio dos a sus compañeros y contra el Levante y el Alavés creó dos triunfos esenciales.
El Atlético se ha adaptado a la Liga de los cambios, de las rotaciones (este sábado incluyó cinco novedades en su once inicial por las nueve del Alavés) o de las circunstancias, quizá porque su plantilla es mucho mejor que la mayoría, pero también porque ha asumido esta nueva época con una contundencia indudable, aparte del fenómeno Llorente.
No hay mejor ejemplo que el 2-1 al Alavés, extremadamente más cuantitativo que cualitativo. Otra vez.
Desde la reanudación de la Liga, los resultados son casi indiscutibles. El temor con el que se fue al parón se ha transformado en una confianza inalterable.
Ha ganado los 12 últimos puntos en disputa. No lo había hecho en toda esta Liga.
Y es tercero, afianzado ahí como está con cuatro puntos de seguridad.
Otro debate es el juego. Mientras remueve sus alineaciones titulares con una naturalidad, una frescura y una constancia desconocidas hasta ahora en la era Simeone y reafirma su fortaleza defensiva, mantiene esa cansina secuencia con la posesión de la pelota.
En el Wanda Metropolitano, cada partido parece una copia calca del anterior cuando al Atlético le visita algún adversario que compite por la permanencia. Hace una semana fue el Valladolid, ayer el Alavés.