Alumnos extrajeros con temor
muchísimas personas van a dejar de aplicar de internacional a EE.UU., ¿por qué? Porque ya no es un país que dé la bienvenida a las personas de otros países”, dijo Di Martino, quien anticipó que esos estudiantes buscarían oportunidades en Canadá, Australia o el Reino Unido.
Raúl Romero “No saber si puedo regresar a Venezuela y si regreso si pudiese irme, me pone en una posición muy difícil. Mi pasaporte se vence en enero”.
“No nos están regalando nada”
Maritza Rodríguez, una estudiante mexicana con una Visa F-1 que habló bajo ese nombre para proteger su identidad, se confesó muy “enojada por la medida de una posible deportación”.
Esta joven de 23 años ha concluido dos carreras, Mercadotecnia y Administración de Negocios Internacionales en la Universidad estatal de Luisiana, y actualmente cursa una maestría en Maryville University de San Luis (Misouri).
“Estoy estudiando en este país desde 2015 con excelentes calificaciones, y me he graduado con honores, hubiera tenido beca completa si hubiera nacido en Estados Unidos,
pero lo he logrado con mi esfuerzo, para que ahora nos traten así”, expresó.
“Me frustra mucho porque nosotros pagamos nuestra colegiatura completa, residencia, no nos están regalando nada -añadió-. Además, no entiendo cómo nos quieren sacar si muchos países han bloqueado los vuelos de Estados Unidos en reacción a la pandemia por el coronavirus, es ilógico”.
“Nunca pensé estar en esta posición”
Con cuatro años en Estados Unidos y un recorrido académico que incluye estudios de arte dramático en Nueva York, Agustina Hiriart, una joven uruguaya que logró una beca parcial para estudiar Comunicación en la Universidad George Mason, en Fairfax, cerca de Washington DC, enfrenta esta situación con emociones encontradas, ya que está inscrita en clases virtuales.
“Cuando pasó todo lo de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), como que evidentemente me sentía mal por ellos, pero nunca pensé estar en la posición que estaban ellos. Me siento como que es injusto, que es totalmente injusto”, subrayó esta joven, sobre el programa que cobija a los llamados “soñadores”.
Y con un contrato de alquiler, vehículo e incluso impuestos pagados en Estados Unidos, cree que como estudiantes internacionales están ayudando al país, moviendo la economía.
“Somos un motor también para el país y sería totalmente injusto que cuatro años de estudio, de dedicación, de trabajo (...) se vayan por la borda por una decisión de una persona”, sostuvo esta joven, que se resiste a verse como víctima sino como luchadora, latina y mujer.
¿Biopolítica?
Para Beatriz Padilla, profesora asistente en la Universidad del Sur de Florida, esta decisión puede tener el carácter de “biopolítica”, en alusión a un término usado, entre otros, por el filósofo francés Michel Foucault para aludir a una gestión de Gobierno que aspira a gestionar los procesos biológicos de la población.
“Estamos obligando a los estudiantes internacionales, que de por sí son mucho más vulnerables, porque tienen a veces menos recursos (a mano), no tienen familia (cerca), no tienen digamos una serie de apoyos sociales y familiares que se pueden necesitar, los estamos usando como de ‘conejillos de indias’ para que sean obligatoriamente los estudiantes que asisten a esas clases presenciales, que incluso los mismos profesores tampoco muchas veces quieren dar y se entiende por qué”, alertó.•