Un delicado proceso de planificación
Los propietarios individuales que ya están en el camino del agua deberán tomar decisiones difíciles, y también los gobiernos que, a través de la política de uso de la tierra, deciden cuántas personas vivirán en un lugar u otro. “Necesitamos un plan que se actualice con el tiempo sobre dónde podemos permitirnos más densidad y dónde no”, dice Boicourt. “Estas son conversaciones muy delicadas con las que la ciudad tiene que comprometerse”. No todas las áreas con riesgo de inundación enfrentan el mismo tipo de amenaza: algunas verán inundaciones diarias, mientras que otras serán vulnerables a tormentas severas cada pocas décadas. Para aquellos que enfrentan riesgos serios, simplemente elevar las propiedades podría no ser suficiente, y las personas podrían tener que mudarse, con ayuda del gobierno. Cualquier cambio en la relación con el agua es una perspectiva dolorosa para las comunidades cuyas identidades están vinculadas al mar. Sin embargo, no son solo las zonas costeras las que deben pensar qué significará el cambio climático para el uso de la tierra. Es posible que las áreas del interior con buena elevación necesiten aceptar una mayor densidad de vivienda, ya que la invasión de agua reduce la huella utilizable de la ciudad. “Estoy hablando de mirar toda la ciudad”, explica Boicourt. ”
En la ciudad de Nueva York, hay un nuevo impulso para aprobar la Introducción 1620, una medida del Concejo que requiere “un plan integral de cinco distritos para proteger toda la costa de la ciudad de Nueva York” que se producirá antes del 1 de enero de 2021 y se actualizará cada década, que fue presentado el año pasado por el concejal Costa Constantinides.