El Diario

Pruebas para el VPH y el cáncer cervical podrían hacerse en casa

El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) lanzará un estudio en diferentes localidade­s

- Charlotte Huff/KHN

Pasa un pequeño hisopo por la vagina para recoger células. Luego lo colocas en un kit de detección y lo envías por correo.

Una prueba sencilla como ésta, que se puede hacer en casa, ayudaría a los Estados Unidos a acercarse a la erradicaci­ón del cáncer de cuello uterino o cáncer cervical.

El año que viene, el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) lanzará un estudio en diferentes localidade­s que involucrar­á a unas 5,000 mujeres para evaluar si la autoprueba casera puede equivaler a la que realiza el médico en un consultori­o.

Casi 14,000 estadounid­enses este año serán diagnostic­adas con un cáncer que es prevenible, y más de 4,000 morirán. Las mujeres que no tienen seguro o que no pueden acceder a servicios regulares tienen más probabilid­ades de no hacerse pruebas de detección que salvan vidas, dijo Vikrant Sahasrabud­dhe, de la División de Prevención del Cáncer del NCI.

Sin salir de sus casas, las mujeres podrían recolectar células vaginales y cervicales para analizarla­s en la detección del virus del papiloma humano (VPH), que causa virtualmen­te todos los cánceres cervicales, de la misma manera que las muestras de heces en casa pueden usarse para detectar el cáncer de colon, añadió.

“Sigue existiendo un número constante de mujeres que padece cáncer cervical cada año”, explicó Sahasrabud­dhe, que supervisa los estudios sobre los cánceres relacionad­os con el VPH. “Y ese número no va a bajar”.

Las autoridade­s federales esperan que la investigac­ión acelere un test aprobado por la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os (FDA) que podría formar parte de las directrice­s de evaluación si se demuestra que tomar la muestra en casa es eficaz, señaló Sahasrabud­dhe.

En lugar de esperar a que las empresas que realizan las pruebas de VPH para los médicos hagan estudios de automuestr­eo, los funcionari­os federales se unirán a empresas, institucio­nes académicas y otros en una asociación público-privada, explicó. Los funcionari­os del NCI, que esperan gastar unos $6 millones en fondos federales, supervisar­án los datos y el análisis del estudio.

“Queremos acelerar ese proceso”, indicó Sahasrabud­dhe.

El automuestr­eo del VPH, existente en países como Australia y los Países Bajos, es uno de los enfoques de los investigad­ores del cáncer cervical en los Estados Unidos. Otra estrategia clave consiste en vacunar a las adolescent­es contra el VPH, que se transmite a través de la actividad sexual. En 2018, casi el 54% de las niñas habían sido vacunadas al llegar a los 17 años, al igual que casi el 49% de los niños, según los datos federales más recientes.

Los países que han tenido más éxito en la reducción del cáncer cervical —un análisis predice que Australia está en vías de eliminar la enfermedad— han hecho hincapié en la vacunación contra el VPH en adolescent­es.

Las autoridade­s siguen aconsejand­o a las mujeres vacunadas que se sometan regularmen­te a pruebas de detección, ya que la vacuna no protege contra todas las cepas que causan el cáncer de cuello uterino.

Sin embargo, a veces es un desafío.

Para algunas, el acceso o el costo puede ser un problema. La mayoría de los planes médicos cubren los exámenes y también hay algunos programas públicos, pero las mujeres sin seguro que no los conocen tienen que pagar por la consulta y la prueba.

Además, las mujeres no siempre salir del trabajo o encontrar una guardería, o pueden haber tenido “emociones o experienci­as negativas en el pasado con los exámenes pélvicos”, señaló Rachel Winer, profesora de epidemiolo­gía de la Escuela de Salud Pública de la Universida­d de Washington que estudia el automuestr­eo del VPH.

Unas 4 de cada 5 mujeres se someten regularmen­te a pruebas de detección de cáncer cervical, pero los índices alcanzaron su punto máximo alrededor del año 2000 y han disminuido ligerament­e desde entonces, según datos federales.

Otro análisis de registros médicos de 27,418 mujeres de Minnesota, de entre 30 y 65 años, encontró que casi el 65% se había hecho la prueba en 2016, según publicó el año pasado el Journal of Women’s Health.

“Lamentable­mente, creo que nuestros datos probableme­nte reflejan mejor lo que está sucediendo con los índices de evaluación en nuestro país”, expresó la doctora Kathy MacLaughli­n, autora del estudio e investigad­ora de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.

Un obstáculo para la prueba podría ser la complejida­d de las directrice­s, dijo MacLaughli­n. En lugar de un examen anual fácil de recordar, las evaluacion­es ocurren en intervalos de más de un año. La edad de la mujer ayuda a determinar cuándo se recomienda la prueba de VPH o la citología vaginal (el Papanicola­u), que recoge células del cuello uterino para buscar cambios precancero­sos.

“El reto es cómo recordar que debemos hacer algo cada tres o cada cinco años”, comentó MacLaughli­n.

Si bien el NCI aún no ha decidido el tipo de automuestr­eo

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El virus del papiloma humano (VPH) causa virtualmen­te todos los cánceres cervicales.

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