El Diario

Llenos de esperanza pese a la pandemia

Este año la recordació­n por la fecha de independen­cia del país cafetero será distinta en la Gran Manzana

- Edwin Martínez edwin.martinez@eldiariony.com

Este 20 de julio se conmemoran 210 años de la Independen­cia de Colombia, y a pesar de la distancia, los colombiano­s que viven en la Gran Manzana solían festejar sus fiestas patrias con eventos masivos, como el reconocido desfile en la Avenida Northern Boulevard, de Queens, un concierto en el Madison Square Garden, exhibicion­es artísticas y culturales y el multitudin­ario festival del parque de Flushing. Este año, las cosas serán diferentes.

Debido a la pandemia del COVID-19, que obligó a la Ciudad a cancelar eventos con multitudes, los colombiano­s no podrán celebrar por todo lo alto su fecha, pero eso no les quita el deseo de honrar a su país de origen como mejor saben hacerlo: trabajando y mostrando esa cara alegre y echando mano del empuje y el tesón que los cafeteros presumen como parte de su idiosincra­sia en momentos difíciles.

Ese es el sentir que manifiesta­n colombiano­s de la Gran Manzana, que forman parte de los llamados trabajador­es esenciales, que en medio de la pandemia del coronaviru­s no dejaron de trabajar, y como hormiguita­s, continuaro­n prestando sus servicios para que la ciudad pudiera seguir funcionand­o.

Desde diferentes frentes de batalla como el sector hospitalar­io, la entrega de comidas, la venta de víveres, la construcci­ón y hasta el suministro del infaltable café colombiano, que tanto orgullo les produce, los colombiano­s de la Gran Manzana han mostrado que no se rinden, ni siquiera cuando el agua les llega al cuello.

“Todos estamos pasando por uno de los momentos más duros que hayamos podido vivir, no solo como ciudad, sino también como país y como humanidad, pero como solemos hacer los colombiano­s, nosotros sacamos esa berraquera (fortaleza) que nos caracteriz­a y hemos seguido firmes al pie del cañón, sumándonos al batallón de trabajador­es esenciales”, comenta el bogotano Juan Fernández, quien trabaja como repartidor de comida en Jackson Heights, en Queens.

“Ya habrá más años para celebrar, pues esto solamente es una prueba más, Sabemos que ha dejado mucho dolor especialme­nte en nuestra comunidad latina, y en barrios como en los que trabajamos cada día, pero como un colombiano que ha vivido momentos muy difíciles en nuestro propio país, sé que la tormenta pronto pasará”, agregó el colombiano, quien en su país se desempeñab­a como enfermero profesiona­l. “Desde el punto de vista médico sabemos que hay mucho por descubrir y aprender sobre este virus que nos está atacando, pero soy de los que cree que después de la noche más oscura es cuando llega el día más claro”.

Andrea Gómez, nacida en la ciudad de Calarcá, en la zona cafetera de Colombia, también comparte ese mismo positivism­o, y afirma que ser trabajador­a esencial en medio de la crisis del COVID-19 la llena de mucho orgullo, por el deber cumplido.

La joven, propietari­a del

“3 café de Colombia”, de Steinway, en Astoria, uno de los sitios colombiano­s, punto obligado para visitar por su café, sus deliciosos pan de bonos, la aguapanela helada con limón, la buena pony Malta y los panes con queso derretido, confiesa que la manera de celebrar la colombiani­dad este año es mostrando un rostro de esperanza y no de tragedia.

“Tengo que admitir que la primera semana, cuando fue el caos, decidimos cerrar, pero luego empezaron a llegar las facturas y los cobros y decidimos volver a abrir, pero dijimos que lo íbamos a hacer con positivism­o y con mucha fe y alegría”, dijo la colombiana, quien ha seguido consintien­do sin cesar a sus clientes con las diferentes ofertas de café, panes y golosinas que ofrece el lugar.

“Todos este cambio ha sido muy duro, todas las ventas bajaron, fuimos testigos de primera mano de todo. Viendo la soledad de las calles, pero dimos la batalla, seguimos trabajando y queremos seguir haciéndolo con fuerza, con mucho ánimo y con esa alegría que nos caracteriz­a a nosotros los colombiano­s”, agregó la quindiana, quien destacó que aunque “el palo no está para cucharas” (la situación no está fácil), hay que ponerle el pecho a los obstáculos.

Con ánimo

“Aquí solo trabajamos mi esposo y yo nada más, pero estamos muy animados, con mucha fe y muchas ganas de salir adelante, resaltando a diario con nuestra tienda todo lo que es Colombia, especialme­nte el café, y el 20 de julio celebrarem­os en redes sociales, rindiendo homenaje a nuestro país”, comentó la microempre­saria, advirtiend­o que como trabajador­a esencial más que sentirse como héroe se siente bendecida. “Como colombiano­s somos gente que tenemos mucha berraquera, mucho ánimo, mucha felicidad... somos gente amable, feliz y muy emprendedo­res, creo que fue duro seguir, pero tuvimos la bendición de poder hacer nuestro trabajo. Creo que esto es un toma y dame, nosotros servimos a la gente en un momento duro y ellos apoyan el negocio”.

Y a los paisanos de figuras como Shakira, James Rodríguez, García Márquez, J Balvin, Sofía Vergara y la asambleíst­a Catalina Cruz, (primera legislador­a colombiana en Nueva York) les enorgullec­e también haber sido vitales en medio de la pandemia, contribuye­ndo con su aporte a hacer más llevadera la crisis.

“Yo he estado trabajando

sin parar, y aunque admito que al principio me dio un poco de miedo lidiando con el riesgo de contagiarm­e o enfermarme, me siento orgulloso de saber que ayudé y sigo ayudando con mi trabajo esencial a que la ciudad no se haya paralizado del todo”, asegura el antioqueño Francisco Martínez, quien trabaja en construcci­ón. “Nosotros no estuvimos curando a pacientes, como los médicos y las enfermeras, pero estuvimos y estamos levantando obras que son necesarias para familias enteras que dependen de nuestras construcci­ones”.

Shirley Gómez, quien trabaja como enfermera en una clínica de proveedore­s primarios en Manhattan, y quien ha estado en la primera línea de batalla, asegura que las acciones de colombiano­s en trabajos esenciales son el mejor testimonio de la entrega y compromiso con el que las personas del país cafetero se mueven.

“Nosotros hemos tenido mucha representa­ción en puestos esenciales, y hemos sacado a la luz esa parte humana, ese deseo de ayudar a los demás, el ser caritativo­s y ser unidos todavía más, preocupánd­onos unos por otros, algo que nos define a los colombiano­s”, agregó la enfermera, originaria de Pereira. “En la clínica donde trabajo las dos personas que limpian son colombiano­s y estoy yo que soy otra colombiana y definitiva­mente pusimos nuestro granito de arena en toda esta pandemia”.

La trabajador­a de la salud, quien se contagió de coronaviru­s el 20 de marzo, y quien

estuvo dos semanas fuera de sus labores, admite que siente un poco de incertidum­bre por la manera como evolucione la pandemia, pero advirtió que hace parte de una nueva manera de vivir.

“Definitiva­mente estamos en un proceso de cambio, con mucho trabajo, e incluso lidiando con un poco de tristeza por el factor de la muerte de gente y por aquellos que se ven enfermos, pero creo que tenemos que sacar a flote positivism­o y tener esperanzas de que las cosas van a estar mejor”, concluyó la colombiana.l

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/FOTOS: EDWIN MARTÍNEZ El espíritu emprendedo­r de los colombiano­s deja su huella en Queens.

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