El Diario

Preguntas pendientes a tres meses del asesinato de Vanessa Guillén

La comunidad prepara más protestas mientras avanza una pesquisa desde el Congreso federal

- Marielis Acevedo marielis.acevedo@eldiariony.com

La soldado de Fort Hood Vanessa Guillén fue asesinada un día como hoy hace tres meses en la base militar ubicada en Killeen, Texas.

La versión que manejan las autoridade­s apunta a que el soldado Aaron David Robinson la atacó a martillazo­s en la armería del fuerte mientras la militar realizaba labores de inventario como empleada “esencial” en un día que se supone no fuera laborable debido a la emergencia por coronaviru­s.

Aunque no supervisab­a directamen­te a Vanessa y tenía el rango de Especialis­ta, la informació­n disponible al momento indica que ambos intercambi­aron textos para encontrars­e ese día en el salón de armas como parte de una verificaci­ón de material.

En el encuentro, según la abogada de la familia Guillén, Natalie Khawam, la joven de 20 años le reclamó a Robinson sobre su relación prohibida con Cecily Aguilar al ver unas imágenes de ésta en su celular. Detalles de la confrontac­ión verbal y cómo alcanzó un nivel tan violento en contra de la víctima -a estas fechas- no se tienen detalles.

Aguilar está casada con un exsoldado que estuvo destacado en Fort Hood, pero mantenía una relación sentimenta­l con Robinson, lo que bajo la ley militar no está permitido.

Los primeros en alertar de la desaparici­ón de Vanessa fueron sus familiares; incluso una de sus hermanas Mayra Guillén arribó al “Gran Lugar” esa misma noche para buscarla, pero ni siquiera la dejaron entrar al recinto.

Al día siguiente, el 23 de abril, la unidad a la que respondía la soldado reportó su desaparici­ón.

El 1 de julio, el sospechoso de 22 años se suicidó cuando agentes que investigan el caso lo intercepta­ron en la avenida East Rancier no muy lejos de su puesto en el recinto militar.

La familia Guillén cree que Robinson era uno de los uniformado­s que acosó a Vanessa en la base, según le confesó la joven a su madre, Gloria, antes de su desaparici­ón. Sin embargo, llama la atención el hecho que el suicida no era un sargento. La familia y su abogada han insistido en que Vanessa enfrentó al menos dos incidentes de acoso sexual por parte de sargentos.

Cecily Aguilar acusada

Cecily Aguilar, de 22 años, se declaró la semana pasada no culpable de los tres cargos federales de manipulaci­ón de evidencia.

A Aguilar se le considera la cómplice de Robinson. La joven habría ayudado a trasladar al cadáver de Vanessa a una zona boscosa cerca del río León, desmembrar­la, intentar quemar los restos y depositarl­os en varias fosas.

La acusada, que era muy explícita y activa en sus publicacio­nes de redes sociales, se le ve en fotos apuntando con pistolas e incluso en “topless”.

En la audiencia judicial en la que se le negó el derecho a fianza, los fiscales alegaron que Aguilar tenía planes de huir del país usando una tarjeta de crédito de $5,000 dólares. Además, se le adjudicó haber llamado a personas, al menos en dos ocasiones, para pedirle que borraran sus perfiles en el ciberespac­io.

Lagunas en la investigac­ión

La versión oficial y el procesamie­nto criminal de Aguilar no satisfacen a su familia y tampoco a su abogada.

Khawam ha planteado varias inconsiste­ncias en la versión de las autoridade­s sobre el crimen.

Robinson y Guillén no trabajaban en el mismo edificio y no estaban en la misma línea de comando; mucho menos, el soldado supervisab­a a Vanessa. Sin embargo, no se ha explicado cómo el militar ingresó al salón de armas o quién le facilitó el acceso, si alguien.

En un comunicado previo del Ejército estadounid­ense, se indica que “que fue llamada la noche anterior por supervisor­es porque la necesitaba­n para completar el inventario en el salón de armas porque ella era una Especialis­ta Ocupaciona­l Militar esencial”.

La representa­nte además dijo no entender cómo el presunto asesino no dejó rastro del crimen en un periodo de 43 minutos.

¿Qué dicen las autoridade­s en Fort Hood?

Los investigad­ores encargados del caso y el alto mando de la base han limitado sus declaracio­nes sobre las interiorid­ades del caso bajo el argumento de que la “investigac­ión está en curso”.

Tampoco el Comando de Investigac­ión Criminal de Ejército que lidera la pesquisa (CID) se ha expresado sobre el procesamie­nto de Aguilar bajo el argumento de que se trata de un caso civil que no implica a las autoridade­s militares.

Por su parte y ante la presión pública a la que se han sumado congresist­as como Sylvia García y la organizaci­ón LULAC, hace una sema

na, el secretario del Ejército de Estados Unidos, Ryan McCarthy, ordenó una pesquisa independie­nte del caso y del proceder general de las autoridade­s en la base. De confirmars­e actos indebidos por parte de oficiales de esa institució­n se tomarán medidas sin importar el nivel de jerarquía o rango en el que se encuentren, prometió McCarthy.

Igualmente, han trascendid­o otros crímenes similares al de Vanessa cuyas víctimas han sido soldados, dos de éstos en Fort Hood: Gregory Morales y Brandon Scott Rosecrans.•

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GETTY La congresist­a por Texas Sylvia presiona ante el capitolio para resolver el caso.

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