TODOS PODEMOS GANAR, TODOS PODEMOS PERDER
Al comienzo de la pandemia, vimos publicaciones hablando de “la naturaleza sana” mientras veíamos animales paseando por las ciudades y niveles de contaminación bajando drásticamente. Pero se enmarcó de manera equivocada: no deberíamos enfocarnos en la curación, sino en ver lo que ha enfermado a la naturaleza. Lo normal no era normal.
En un mundo sacudido por el COVID-19, nos vemos confrontados por uno de los mayores dilemas de nuestros tiempos: La demanda por crecimiento infinito está enfrentada de manera directa con la crisis climática. La economía ya no puede crecer sin desplomar los ecosistemas que sostienen a la humanidad. Al centro de este enfrentamiento están bosques Amazonas.
El Amazonas conecta todo el mundo: desde incendios forestales hasta minerales raros, desde monocultivos a la eco-agricultura. Desde las luchas de los indígenas hasta los intereses de la bolsa de valores.
La mayoría de los alimentos que la gente en Estados Unidos, Europa y Asia consume, proviene de lugares donde alguna vez había bosques naturales. Carne, soya, aceite de palma. Todo lo que tenemos en el supermercado, lo queramos o no, están basadas en este sistema caótico y fuera de control.
Se nos dice que nuestras decisiones son muy importantes, pero esta responsabilidad no debería recaer en nosotros. Nada realmente va a cambiar si las grandes compañías y los gobiernos no cumplen con su responsabilidad de crear un sistema que esté centrado en la justicia. Todos podemos reciclar
Llegó la hora de alzar la voz por nuestro futuro
popotes de plástico hasta el cansancio, pero si las corporaciones siguen vendiendo millones de botellas desechables, nuestros océanos seguirán contaminados.
El Amazonas no es un tema que solamente atañe a Brasil. Todos estamos vinculados a la Amazonia. Si no resolvemos esto, no quedará nada qué resolver. Mantener al bosque viva es la batalla de nuestras vidas.
Si podemos proteger al Amazonas, podemos resolver desafíos globales sobre cómo producir comida de verdad, restaurar esperanza para el clima, y construir una sociedad para todos nosotros. Pero si lo perdemos por el afán de lucro, perdemos todo.
Es el momento de convertir la crisis climática en una oportunidad para defender la igualdad y la justicia. Es tiempo de poner atención a las verdaderas voces que no han sido escuchadas y que provienen de lo más profundo de la selva de Amazonia. Son las que están protegiendo el futuro. Son el futuro.
Llegó la hora de alzar la voz por nuestro futuro. Todos podemos ganar o perder.
Alice Braga y Greenpeace lanzaron una serie de videos que explica cómo la producción industrial de productos alimenticios está causando una deforestación masiva, desplazando y amenazando los pueblos indígenas y fomentando la crisis climática. Mírala en http://greenpeace.org/ countdowntodestruction.l
vida más difícil para las familias inmigrantes y los niños, quienes ya luchan bajo las presiones y las dificultades económicas causadas por la pandemia”, indicó esa asociación.
Consideró que la regla de carga pública impide el acceso a las pruebas de COVID-19, además de complicar la atención médica y tener una vi
vienda digna. “Debemos reenfocar nuestras políticas y recursos para garantizar que nadie se quede sin alimentos ni atención médica, especialmente durante una pandemia", indicó. "Ahora más que nunca, los recursos deben estar disponibles de manera equitativa y fácil para nuestros vecinos y comunidades inmigrantes”.O