Polémica por registros tras aumento de casos
Con 46,688 muertos confirmados, México es el tercer país del mundo con más muertos por coronavirus, que avanza sin que las autoridades conozcan el alcance real de la enfermedad y con un presidente que se niega a usar barbijo en público.
Según la Universidad Johns Hopkins, México desbancó al Reino Unido (46,278) del deshonroso tercer puesto en el ranking mundial de muertos, si bien es cierto que con 130 millones de mexicanos tiene casi el doble de población que el país europeo.
Sea como sea, México, el décimo país más poblado del mundo, se sitúa por detrás de EEUU (153,642) y de Brasil (92,475) en muertos, y ocupa el sexto puesto en contagios, con 424,637 enfermos.
Los registros oficiales han sido cuestionados dado que las autoridades sanitarias rechazaron realizar pruebas masivas y México es uno de los países de la OCDE que menos tests aplica.
Las autoridades estiman que el número real de contagios podría ser de 466,948 (42,311 más de los reportados) y el de muertos de 48,615 (1,927 más de los reportados).
Pero investigaciones periodísticas basadas en certificados de defunción calculan que en la capital el número de decesos es tres veces mayor al detectado.
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador suele decir que la pandemia está “domada”, los datos volvieron a desmentir sus palabras este viernes, cuando el país registró un nuevo récord de contagios diarios, con 8,458 casos nuevos.
La Ciudad de México, foco rojo de la pandemia con 8,920 muertos registrados y donde parecía que la situación se había estabilizado, lleva diez días con aumentos de la ocupación hospitalaria y su alcaldesa, Claudia Sheinbaum, ya ha advertido que la capital está en “alerta”.
Además, pese a la reapertura no se pudo frenar el golpe del coronavirus a la economía mexicana, que sufrió en el segundo trimestre una caída nunca vista del 18.9 por ciento, destruyó un millón de empleos y arrastró a millones a la pobreza.
Ya no hay ningún estado del país que no obligue o recomiende llevar cubrebocas en la calle o en espacios cerrados.
Pero si hay alguien que se resiste activamente a usarlo es López Obrador, de 66 años,. “Me voy a poner un tapaboca. ¿Saben cuándo? Cuando ya no haya corrupción”, dijo este viernes el mandatario en respuesta a
llevarlo.. las críticas de la oposición por no