El Diario

Las donaciones de los migrantes sostienen a los adultos mayores

- Gardenia Mendoza MEXICO

En México solamente el 1% de las personas dependient­es viven en lugares atendidos por el Gobierno

Hace un tiempo en el municipio de Juchipila, en una fecha que Alejandra Bautista no recuerda con exactitud, un grupo de pobladores, armados con picos y palos, tabiques y cemento, se congregaro­n a la orilla de la carretera con una misión casi sagrada en la mente: construir un asilo para los ancianos del rumbo.,

“¡El problema es que no tenían el terreno!”, asegura Alejandra, quien por esos días había ido a visitar a su mamá después de unos años de trabajar en San José, California, como migrante.

Palabras más, palabras menos, hombres y mujeres discutían qué hacer después de que la maestra Conchita Luna se había echado para atrás en donar el terreno mientras todos los presentes estaban determinad­os a darles un espacio digno a esos adultos que los vieron crecer.

En Juchipila, como en los remotos pueblos confusioni­stas del Asia, la honra a los ancianos es un mandato tan inamovible como el desprecio hacia quienes los abandonan.

Alejadra Bautista escuchó la problemáti­ca. Que muchos no tenían hijos; que a otros más los hijos los despreciab­an y al final de cuentas el problema estaba ahí, viejitos pobres mendigando, sin techo ni comida…

“De los terrenitos que tengo escojan uno”, dijo ella en algún momento.

Sólo puso dos condicione­s: que la construcci­ón fuera rápida, ¡yo no me les rajo, no señor!, pero nada de darle largas, y que quienes llegaran al asilo fueran realmente personas sin descendenc­ia o padres de hijos mal agradecido­s que “no vale la pena nombrar” como el 20% de los ancianos que hoy vive en soledad y sin ningún apoyo, según un estudio del Centro de Investigac­iones Interdisci­plinarias en Ciencias y Humanidade­s de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM).

Gente que llegó a la vejez olvidados por el gobierno o sus propias familias en otros lugares de México es un fenómeno que no debe darse entre los juchipilen­ses.

Así nació el Asilo de Analgunos cianos de la Mezquitera Sur. Una vez que se construyó el albergue, empezaron a llegar los viejitos con sus historias, su penas y sus glorias.

Una señora que escrituró la casa a nombre de las hijas y una vez que ellas tomaron la propiedad la dejaron en la calle hasta que un taxista se apiadó de ella y la llevó a su nuevo hogar; una pareja que no tuvo hijos y se apoyó entre sí hasta que los brazos ya no tuvieron fuerzas; algunos ciegos, cojos, parapléjic­os, cansados, olvidadizo­s…

Teresa Mena llegó en andadera. Con el paso de los días, la reuma la llevó a una silla de ruedas. Como le daba miedo el matrimonio, se quedó soltera. Nunca le preocupó esa condición ni pensó en el futuro porque lo de ella “era trabajar”, cuenta en entrevista La Opinión.

—Sólo le pido a Dios que hoy me permita volver a caminar para ser útil en este lugar que tanto necesita.

Porque la vida de Teresa Mena se resume a la atención. Como limpiadora de casas, su misión era tener todo limpio y brillante y responder a los llamados de los empleadore­s para facilitarl­es la vida. Lo hizo siempre con gusto, sin tregua. “Ahora se quejan del trabajo y apenas tienen 20 años”, observa sorprendid­a.

El dinero que ganaba cuando era joven y fuerte lo invertía en comida y vestido y

antojitos. No le alcanzó (o no lo pensó) para comprarse una vivienda. Estaba cómoda en la casa que le prestó su mejor amiga, quien vivía en California. Así estuvo durante 32 años hasta que el hermano de la amiga la echó. Su amiga no chistó nada, debió estar ocupada.

Teresa Mena no quiso hablar con ella, para qué darle problemas si la ayudó tanto, si hasta le mandaba 20 o 30 dólares de vez en cuando. Mejor tomó sus cosas y se fue al albergue. Los primeros meses ayudaba por las noches a los compañeros que no podían moverse, que se quejaban, que pedían pastillas o agua, luego, como en todas las familias había ronroneos.

“Hasta decían que yo tenía un amorío con don Pablito, ¡fíjese!”.

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FOTOS: CORTESÍA Grupo de residentes del asilo de Mezquitera Sur /

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