El Diario

La pandemia interrumpe las cirugías de reemplazo articular

Se calcula que los ingresos perdidos en los hospitales alcanzarán los $323,000 millones

- Bernard J. Wolfson/KHN

El doctor Ira Weintraub, cirujano ortopedist­a recienteme­nte retirado que ahora trabaja en una consultorí­a de facturació­n médica, revisó una factura de reemplazo de cadera de más de $400,000 hace unos meses.

“El paciente estuvo en el hospital 17 días, lo que es sólo 17 veces lo normal. La factura se pagó”, dijo Weintraub, director médico de WellRithms, con sede en Portland, Oregon, que ayuda a los empleadore­s y a las asegurador­as de compensaci­ón laboral a entender las grandes y complejas facturas médicas y procurar que paguen la cantidad justa.

Pagos como ese explican en gran medida por qué los hospitales están ansiosos por restaurar las cirugías de reemplazo articular a los niveles anteriores a COVID lo más rápido posible, un afán atenuado sólo por preocupaci­ones de seguridad en medio de un resurgimie­nto del coronaviru­s en algunas regiones del país.

Las pérdidas de ingresos en los hospitales y centros de cirugía ambulatori­a pueden haber superado los $5,000 millones sólo por las cancelacio­nes de los reemplazos de rodilla y cadera durante el paréntesis de unos dos meses en procedimie­ntos electivos en marzo, abril y mayo.

El costo de la cirugía de reemplazo articular varía mucho, aunque, en promedio, es de decenas, no cientos, de miles de dólares. Aún así, dado el alto y rápido crecimient­o del volumen, es fácil ver por qué este tipo de operacione­s se han convertido en una parte vital de los ingresos en la mayoría de los hospitales de los Estados Unidos.

La tasa de reemplazos de rodilla y cadera se duplicó con creces entre 2000 y 2015, según los datos de altas de pacientes hospitaliz­ados de la Agencia para la Investigac­ión y Calidad de la Atención Médica. Y es probable que ese crecimient­o continúe: Se espera que los reemplazos de rodilla se tripliquen entre 2020 y 2040, y los reemplazos de cadera no se quedarán muy atrás, según las proyeccion­es publicadas el año pasado en el Journal of Rheumatolo­gy.

Los procedimie­ntos articulare­s no suelen ser emergencia­s, y fueron de los primeros en ser eliminados o retrasados cuando los hospitales suspendier­on las cirugías electivas en marzo, y de nuevo en julio en áreas plagadas de nuevos brotes de COVID. La pérdida de los ingresos ha golpeado duramente a los hospitales, y recuperarl­os será crucial para su convalecen­cia financiera.

“Sin que los volúmenes ortopédico­s vuelvan a estar cerca de sus niveles prepandémi­cos, será difícil para los sistemas de salud volver a encontrar el punto de equilibrio desde la perspectiv­a de los resultados financiero­s “, señaló Stephen Thome, director de consultorí­a de atención de salud en Grant Thornton, una firma de asesoría, auditoría e impuestos.

Es imposible saber exactament­e cuánto valen que son los reemplazos de rodilla y cadera para los hospitales, porque no existen datos definitivo­s sobre el volumen total o el precio.

Pero usando estimacion­es publicadas de volumen, extrapolan­do los pagos comerciale­s promedio de las tarifas publicadas de Medicare en un estudio, y haciendo una conjetura educada del co-seguro del paciente, Thome ayudó a KHN a llegar a un valor de mercado anual para los hospitales y centros quirúrgico­s estadounid­enses de entre $15.5 mil millones y $21.5 mil millones sólo para los reemplazos de rodilla.

Eso sugiere una pérdida de ingresos de entre $1,300 y $1,800 millones al mes durante el período en que las cirugías se cancelaron. Estas cifras incluyen centros de cirugía ambulatori­a que no son propiedad de los hospitales, que también suspendier­on la mayoría de las operacione­s a finales de marzo, todo abril y hasta mayo.

Si se añaden los reemplazos de cadera, que representa­n aproximada­mente la mitad del volumen de las rodillas y se pagan a tasas similares, el valor total anual se eleva a un rango de $23,000 a 32,000 millones, con pérdidas de ingresos mensuales de $1,900 a 2,700 millones.

La American Hospital Associatio­n

proyecta que el total de ingresos perdidos en los hospitales de los Estados Unidos alcanzará los $323,000 millones a finales de año, sin contar las pérdidas adicionale­s por cirugías canceladas durante el actual pico del coronaviru­s. Esa cantidad se compensa parcialmen­te con los $69,000 millones de ayuda federal que los hospitales han recibido hasta ahora, según la asociación. La Asociación de Hospitales de California calcula que la pérdida neta de ingresos de los hospitales de ese estado es de unos $10.5 mil millones, según el portavoz Jan Emerson-Shea.

Los hospitales reanudaron las cirugías de reemplazo de articulaci­ones entre principios y mediados de mayo. El momento exacto y la rapidez (de la recuperaci­on – o restauraci­on?) varió según la región y el hospital. Algunos

hospitales restauraro­n el volumen rápidament­e; otros tomaron una ruta más cautelosa y continúan perdiendo ingresos. Otros han tenido que cerrar de nuevo.

En el Hospital Ortopédico Langone de la NYU en la ciudad de Nueva York, “la gente está empezando a entrar y se ven los quirófanos llenos de nuevo”, señaló la doctora Claudette Lajam, jefa de seguridad ortopédica.

En el Centro Médico St. Jude de Fullerton, California, donde el coronaviru­s está causando estragos, los reemplazos de articulaci­ones de pacientes hospitaliz­ados se reanudaron en la segunda o tercera semana de mayo, con cautela al principio, pero el volumen está “muy cerca de los niveles prepandémi­cos en este momento”, afirmó el doctor Kevin Khajavi, presidente del departamen­to de cirugía

ortopédica del hospital. Sin embargo, “estamos constantem­ente monitorean­do la situación para determinar si tenemos que reducirlo una vez más”, añadió.

En grandes franjas de Texas, las cirugías electivas se suspendier­on de nuevo en julio debido al resurgimie­nto de COVID-19. Lo mismo ocurre en muchos hospitales de Florida, Alabama, Carolina del Sur y Nevada.

La Clínica Mayo de Phoenix suspendió a principios de julio las cirugías de reemplazo articular que no eran de emergencia. Reanudó los procedimie­ntos de reemplazo para pacientes externos la semana del 27 de julio, pero aún no ha reanudado los procedimie­ntos de pacientes internos que no son de emergencia, explicó el doctor Mark Spangehl, cirujano ortopédico del hospital. En términos de urgencia médica, los reemplazos de articulaci­ones “están en el fondo de las prioridade­s”, señaló Spangehl.

Sin embargo, en términos de flujo de caja, la cirugía de reemplazo articular es claramente prioritari­a. Se ha convertido en la gallina de los huevos de oro ya que el número de pacientes se ha disparado en las últimas décadas.

El volumen está siendo impulsado por el envejecimi­ento de la población, una epidemia de obesidad y un aumento significat­ivo del número de adultos en sus 40 y 60 que reemplazan las articulaci­ones desgastada­s por años de deporte y ejercicio.

También está siendo impulsado por el dinero. Las operacione­s que antes sólo se hacían en hospitales, ahora se realizan cada vez más en centros de cirugía ambulatori­a, especialme­nte en pacientes más jóvenes y sanos que no requieren hospitaliz­ación.

Los centros quirúrgico­s suelen ser propiedad de los médicos, pero grupos de capital privado como Bain Capital y KKR & Co. también se han interesado en ellos, atraídos por su alto potencial de crecimient­o, sus robustos retornos financiero­s y su capacidad para ofrecer precios competitiv­os.

“En general, el ahorro debería ser muy bueno, pero veo muchos centros quirúrgico­s atípicos en los que cobran cantidades exorbitant­es de dinero; $100,000 no sería demasiado”, dijo Weintraub de WellRithm, que fue copropieta­rio de un centro quirúrgico de este tipo en Portland.

El temor a contraer el coronaviru­s en un hospital hace que crezca la tendencia de los pacientes externos. Matthew Davis, de 58 años, residente de Washington, D.C., tenía programado un reemplazo de cadera el 30 de marzo, pero se acobardó debido a COVID-19, y lo canceló justo antes de que se suspendier­an todas las cirugías electivas. Cuando llegó el momento de reprograma­r la cirugía en junio, superó sus reservas en gran parte porque el cirujano

planeaba realizar el procedimie­nto en un centro quirúrgico independie­nte.

“Eso fue clave para mí, evitar una estadía en el hospital

para minimizar mi exposición”, explicó Davis.

“Estos reemplazos de articulaci­ones son casi a escala industrial”, dijo.•

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Los quirófanos también sienten el impacto de la pandemia.
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