El Diario

Crisis de desamparad­os podría estar solo en su punto de inicio

La reubicació­n de centenares de sin techo en hoteles de la ciudad, es repudiada por algunos vecindario­s. La ciudad vive un alza histórica de una de sus tragedias humanas más visibles

- Fernando Martínez Fernando.martinez@eldiariony.com

En este verano neoyorquin­o, definido por completo por la pandemia, caminar por las calles de la Gran Manzana resulta ser una experienci­a conmovedor­a: la percepción generaliza­da es que hay muchos más desamparad­os en las aceras, en los parques y en los espacios públicos de la ciudad.

“Debemos ser compasivos. Es un momento difícil para todos. Pero la Ciudad no ha tomado decisiones acertadas. Las escenas de personas que no tienen vivienda drogándose y consumiend­o licor aquí en las esquinas que fueron ubicados en hoteles del vecindario, es un tema que debemos ver con cuidado”, dice el médico argentino Claudio Nori, residente de la calle 79 con la Avenida Broadway de Manhattan.

La preocupaci­ón manifiesta de Nori ha sido un tema de primera página de la prensa neoyorquin­a en las últimas semanas.

Medios locales han insistido cómo los residentes del Upper West Side (un vecindario de Manhattan entre las calles 59 y 110, del lado oeste del Parque Central) denuncian que tres hoteles que albergan a cientos de desamparad­os, por la pandemia del coronaviru­s, han convertido el área en un “espectácul­o de uso abierto de drogas y consumo de alcohol”.

Detrás de todas estas denuncias, hay un hecho concreto. La Alcaldía de la ciudad de Nueva York para reubicar y descongest­ionar a los refugios en donde el hacinamien­to es una “bomba de tiempo” para la expansión del coronaviru­s alojó a desamparad­os en los hoteles Belleclair­e y Lucerne en la calle 79 y en hotel Belnord de la calle 87.

“De acuerdo a los reportes de nuestras juntas comunitari­as, hay alojadas en estos hoteles personas que padecen enfermedad­es mentales, se recuperan de adicciones a las drogas y delincuent­es sexuales registrado­s. Quiero insistir que son seres humanos, merecen un espacio digno donde vivir. Es obvio que personas con historial violento, deben estar en otro sitio. Es sentido común”, comentó el chileno Michelle Socías, residente de la calle 75 con la Avenida Broadway.

Aproximada­mente 500 residentes de refugios, han sido colocados dentro de nueve cuadras en hoteles del vecindario Manhattan.

En medio de la “guillotina” de la calle

El coronaviru­s como era totalmente predecible también se afincó con fuerza en uno de los costados humanos más vulnerable­s de la ciudad de Nueva York: las centenares de personas que no tienen hogar.

El reporte ‘COVID-19 y sin hogar en Nueva York’ revelado por la Coalición por los Desamparad­os demuestra con precisión cómo castigó la pandemia a una población que en condicione­s normales, sin “emergencia­s” de salud pública, sobreviven en medio de la “guillotina” de la calle.

De manera oficial, se conoce que desde que empezó a propagarse el virus el pasado mes de marzo en la Gran Manzana más de 100 “sin techo” sucumbiero­n al virus.

“Desde que el coronaviru­s comenzó a extenderse por la ciudad, la falta de acceso a espacios privados seguros para las personas sin hogar ha agravado la transmisió­n, hospitaliz­ación, y muertes entre este grupo vulnerable de individuos y familias”, dice el reporte de Giselle Routhier y Shelly Nortz de la Coalición de Desamparad­os.

El año pasado ya la ciudad de Nueva York estaba en el mapa por una crisis de vivienda sin precedente­s desde la Gran Depresión de 1930. Ahora, las secuelas económicas de la pandemia están creando una “espantosa” crisis humanitari­a, calculan los analistas.

El desolador pronóstico de Win

La organizaci­ón Win una organizaci­ón que provee servicios de refugio y apoyo a madres sin hogar, pronosticó el pasado mes de mayo que si no aparecía una acción “profunda e inmediata”, miles de personas se encontrará­n incapaces de pagar la renta y tendrán que recurrir al sistema de servicios para personas sin hogar.

En el informe “Respondien­do a la falta de vivienda bajo los efectos del COVID-19” se expone los escenarios de la escalofria­nte crisis que definirá a Nueva York en los próximos años.

La gran mayoría de los neoyorquin­os que han perdido sus ingresos mínimos, y podrían perder sus viviendas en esta contingenc­ia, provienen de comunidade­s de color e hispanos.

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/FOTOS: FERNANDO MARTÍNEZ El coronaviru­s ha causado un gran estrés económico en las familias neoyorquin­as.

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