UN SERVICIO FUNDAMENTAL
No lo voy a volver a hacer es una promesa que los padres podemos aceptar de nuestros hijos pequeños, y quizás hasta de los adolescentes.
No lo voy a volver a hacer no es la respuesta que el Congreso debe aceptar del director general de correos. En una audiencia realizada el viernes 21 de agosto quedó claramente establecido que la oficina de correos pasa por una terrible crisis económica y administrativa.
Esta crisis tiene muchos años sin embargo desde junio ha sido exacerbada por la medidas que Louis DeJoy ha tomado desde que asumió sus funciones, esto es, recorte de personal, recorte de horas extras, remoción de máquinas clasificadoras de correspondencia, remoción de buzones, cierre de oficinas, cancelación o cambio de rutas de sus camiones, etc.
DeJoy ha anunciado que las medidas tomadas quedan sin efecto a futuro, pero que no planea restablecer las cosas a su estado anterior.
En su audiencia ante el Comité de Seguridad Interna del Senado DeJoy aseguró que estas medidas son necesarias para reducir el déficit de la agencia. La oficina de correos ha mantenido números rojos en décadas. Sin embargo su existencia y naturaleza está establecida en la Constitución para prestar un servicio fundamental para los estadounidenses, no para generar una ganancia.
Hoy, DeJoy debe presentarse ante el Comité de Supervisión de la Cámara Baja y hay varias preguntas que DeJoy debe responder:
¿Cual es el razonamiento de su administración para
Congreso
El Congreso debe exigir a DeJoy explicaciones, soluciones y garantías para la operatividad de la oficina de correos.
realizar estos cambios en medio de una gran pandemia y a puertas de una elección presidencial?
¿Que garantías puede presentar para asegurar que el derecho al voto por correo va a ser manejado apropiadamente y a tiempo?
Pero sobretodo, ¿Porqué aceptó este cargo cuando hay un evidente conflicto de interés, al estar él y su esposa vinculados a empresas que realizan las mismas labores que la oficina de correos?
DeJoy asegura que sus decisiones no tienen nada que ver con la guerra que Donald Trump tiene en contra del voto por correo. Cuesta creerlo. Pareciera que sus decisiones están encaminadas a deslegitimar el voto por correo, impedir y dificultar el libre ejercicio del voto, crear caos, y finalmente hacerle la cama a una posible descalificación del proceso electoral por parte de Trump.
En el camino, ancianos, veteranos, discapacitados, ciudadanos en zonas rurales están viéndose imposibilitados de recibir su correo a tiempo, especialmente medicinas, alimentos, documentos y pagos.
Pero esto poco le interesa al sociópata ocupante de la Casa Blanca. Para él esto es apenas un daño menor en su esfuerzo por mantenerse en el poder y continuar la actual escalada de autoritarismo.•