Artesanas guatemaltecas donan y venden máscaras
haciendo desde marzo”, explica Ruth DeGolia, directora ejecutiva de Mercado Global.
Más de 60,000 máscaras han sido donadas a zonas de EEUU y América Latina en las que el virus ha golpeado a la población. Hospitales, residencias, comunidades afectadas en México y Brasil, trabajadores del campo en California y comunidades inmigrantes en Brooklyn además de indígenas de la propia Guatemala han ido recibiendo estas máscaras artesanales.
La organización dirigida por DeGolia ha llegado a una asociación con comercios como Nordstrom, Reformation, Stitch Fix, Free People, and Everything But Water para donar más máscaras y pagar a las artesanas que viven de ello. En los años que Mercado Global lleva operando ha estado apoyando a unos 800 artesanos indígenas y sus familias.
Adicionalmente acaban de sacar una campaña de máscaras donde más se necesitan para que por cada una que se compre se dona otra.
Los ingresos para estas artesanas son importantes para su comunidad y Mercado Global
ha donado máscaras a la población en el país además de 15,000 libras de comida ayudados por organizaciones como Food For The Poor.
Mientras estas mujeres han estado haciendo máscaras y bolsas el COVID-19 no ha dejado de aumentar en Guatemala. “Trabajamos en los valles del sur del país que es el epicentro de la crisis migratoria y muchas de las comunidades con las que trabajamos tienen COVID debido a las deportaciones de personas que venían de EEUU con el virus”, explica DeGolia.
Ruth DeGolia: «Trabajamos en los valles del sur del país que es el epicentro de la crisis migratoria y muchas de las comunidades con las que trabajamos tienen COVID debido a las deportaciones de personas que venían de EEUU con el virus».
Los ingresos de la artesanía son importantes porque uno de los mayores impactos del virus y del cierre de actividad es que desde marzo y hasta julio muchas personas han perdido sus trabajos y con ello sus fuentes de ingresos.
“El hambre ha llegado a convertirse en una crisis importante en las zonas rurales. La gente está poniendo banderas blancas en sus ventanas para pedir comida”, explica esta organizadora. “Ahora, cuando se maneja a través de la región en la que trabajamos se ven banderas blancas en todos los sitios”.l