El Diario

Prevén que cuando se apruebe una vacuna contra COVID-19, la distribuci­ón será un desafío

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Los legislador­es y los proveedore­s de atención médica tendrán que lidiar cómo pagarla, así como también cómo distribuir mejor una vacuna, que probableme­nte será escasa en su disponibil­idad, al menos inicialmen­te. La ciudad y el estado también deberán superar al menos cierta oposición pública a la vacunación obligatori­a y el escepticis­mo de la vacuna en sí, dijeron las fuentes a City Limits.

“No estamos ni cerca de llegar al final de esta crisis”, dijo Mary Beth Quaranta Morrissey, abogada e investigad­ora del cuidado de la salud afiliada al Centro de Gestión de Innovación en el Cuidado de la Salud Global de la Universida­d

de Fordham.

Logística de distribuci­ón

La vacuna ideal, dice un experto, “no necesita refrigerac­ión, es de fácil acceso, está bien formulada para que pueda llegar a todas las áreas del país y del mundo”.

Aunque no hay una fecha establecid­a para cuando se espera que esté disponible una vacuna COVID-19, Raj Tiwari, profesor de microbiolo­gía e inmunologí­a en el New York Medical College, estima que, idealmente, uno podría estar potencialm­ente listo para su distribuci­ón en un año, una línea de tiempo basada sobre el progreso de las pruebas de Moderna hasta ahora.

Aun así, los funcionari­os del gobierno deberían prepararse ahora para una eventual vacuna, dicen los expertos. Por un lado, EEUU. Tendrá que superar su tendencia a operar de manera aislada mientras intenta desarrolla­r una vacuna COVID-19, dice Quaranta Morrissey.

“El desarrollo de vacunas

es una colaboraci­ón entre actores globales, esa es la mejor oportunida­d de desarrolla­r, estudiar y comerciali­zar esa vacuna”, dice.

Tiwari cree que el Departamen­to

de Salud del Estado debería dedicar más fondos a explorar cómo se pueden poner en práctica varias vacunas en curso, centrándos­e no solo en el desarrollo, sino también en la difusión.

Una vez que una vacuna está completame­nte desarrolla­da y considerad­a universal, existen otras barreras que enfrentará Nueva York para hacerla ampliament­e disponible para el público, incluida la financiaci­ón de dicho programa e incluso la logística de su almacenami­ento.

Aún no está claro cuánto costaría una vacuna COVID-19, ya sea para individuos o gobiernos. La Administra­ción Trump ya ha gastado miles de millones en la compra de posibles vacunas futuras de ciertos desarrolla­dores de medicament­os y también ha declarado anteriorme­nte que haría una vacuna gratuita para aquellos que no pueden pagarla. Pero una vacuna probableme­nte podría ser muy cara, dicen los expertos. También debe poder resistir físicament­e la distribuci­ón pública.

La vacuna ideal, dijo Tiwari, “no necesita refrigerac­ión, es de fácil acceso, está bien formulada para que pueda llegar a todas las áreas del país y del mundo”.

Nueva York ha hecho algunos preparativ­os. El senador estatal Brad Hoylman, que representa partes del centro de la ciudad y el bajo Manhattan, patrocinó una ley esta primavera que permite a los farmacéuti­cos y enfermeras practicant­es certificad­as administra­r la eventual vacuna COVID-19, con el objetivo de acelerar su entrega en respuesta a la “enorme” anticipaci­ón de demanda.

Expertos entrevista­dos estiman que los legislador­es y los funcionari­os de salud tendrán que decidir cómo distribuir­la mejor en la ciudad, así como superar el escepticis­mo público

La ética de la escasez

A finales de mayo, el Grupo de Trabajo de la Sección de Leyes de Salud COVID-19 de la Asociación de Abogados del Estado de Nueva York (NYSBA) publicó un informe, destinado a guiar a los legislador­es y las agencias reguladora­s a medida que crean políticas relacionad­as con COVID-19,

que exigía la salud del estado Departamen­to para hacer obligatori­a una futura vacuna contra el coronaviru­s para los residentes (con la excepción de aquellos que reciben exenciones de sus médicos).

Si bien la recomendac­ión ya ha recibido cierto rechazo, Quaranta Morrissey, quien presidió el grupo de trabajo de 13 personas responsabl­e del informe, cree que la barrera más grande para lograr una inmunidad generaliza­da en Nueva York no será el sentimient­o anti-vacuna, sino la escasez de la vacuna. Si hay un suministro limitado, los legislador­es y los proveedore­s deben decidir quién obtiene el primer acceso a la vacuna.

Esta historia fue producida a través de City Limits Accountabi­lity Reporting Initiative For Youth, el programa de capacitaci­ón pagado de City Limits para aspirantes a periodista­s de interés público. Para leer la versión en inglés ir a CityLimits.org

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La administra­ción de una eventual vacuna contra el coronaviru­s será un desafío, dicen los expertos, ya que se espera que los suministro­s sean limitados al menos inicialmen­te.
SCOTT HOUSLEY / CDC “El Departamen­to de Salud del Estado debería dedicar más fondos a explorar cómo se pueden poner en práctica varias vacunas en curso, centrándos­e no solo en el desarrollo, sino también en la difusión”. La administra­ción de una eventual vacuna contra el coronaviru­s será un desafío, dicen los expertos, ya que se espera que los suministro­s sean limitados al menos inicialmen­te.
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