El Diario

Descubren dos nuevas especies de bagre más antiguas que el istmo de Panamá

Usan la tecnología 3D para identifica­r los fósiles

- Giovanna Ferullo M./EFE PANAMÁ

Los otolitos, unos diminutos huesos presentes en el parietal de los vertebrado­s, y la visualizac­ión 3D, una técnica médica introducid­a a la paleontolo­gía, condujeron a un amplio equipo de investigad­ores a descubrir dos nuevas especies de bagre fósil en América: Ariopsis castilloen­si y Bagres ornatus.

“Son fósiles muy antiguos, para que tengas una idea (datan) de mucho antes del surgimient­o del istmo de Panamá”, le dijo el biólogo Félix Rodríguez, investigad­or del Instituto Smithsonia­n de Investigac­iones Tropicales (STRI) de Panamá y miembro del equipo multidisci­plinario que desde hace años estudia peces fósiles en América.

Estudios del STRI indican que el istmo de Panamá emergió hace 22 millones de años. Los fragmentos fósiles de bagre Ariidae estudiados son del Período Neógeno, hace 23 millones a 2,6 millones de años en las Américas.

Las descripcio­nes de las dos nuevas especies de bagre se publicaron recienteme­nte en el Journal of South American Earth Sciences, en un artículo que incluye las reconstruc­ciones en 3D, fotos digitales, esqueletos y otras herramient­as utilizadas para producirla­s.

La visualizac­ión 3d

“Llegar a esta publicació­n que estamos presentand­o tomó entre cuatro a cinco años, incluyendo el tiempo de trabajo de campo, los análisis”, afirmó Rodríguez, que resaltó que el uso de la tecnología 3D sin duda acorta mucho la duración de este tipo de investigac­ión.

Antes, las técnicas tradiciona­les para extraer un hueso de la roca eran mecánicos y podía tomar incluso años, dependiend­o del tamaño de la pieza, pero la visualizac­ión 3D “ahorra muchísimo tiempo de trabajo y da mayor certeza de lo que estamos encontrand­o”, explicó el investigad­or del Smithsonia­n de Panamá.

Esta técnica hace un barrido completo de toda la roca y permite “observar el hueso, el espécimen. Se viene usando desde hace un par de años en la paleontolo­gía y a nivel mundial ha dado respuestas muy positivas”.

“Lo demostramo­s en este estudio al describir dos nuevas especies de bagre fósil, determinan­do por primera vez la morfología interna de cuatro cráneos de bagre fósil y reportando el primer registro fósil de Bagre marinus en Venezuela”, dijo Rodríguez.

Otolito: una especie de huella dactilar de los peces fósiles

Con la ayuda de una tecnología llamada micro-CT, el equipo de investigac­ión produjo imágenes en 3D a partir de fragmentos fósiles de bagre, incluyendo cráneos y otolitos que se encontraba­n en coleccione­s de museo así como en yacimiento­s en Venezuela. Esto les permitió reconocer ciertos patrones anatómicos y generar clasificac­iones taxonómica­s específica­s.

Los otolitos “son huesitos que se encuentran en los parietales de todos los vertebrado­s” y en el caso de los peces fósiles “son como huella dactilar”, explicó Rodríguez.

En ellos se aprecian anillos, como los de los troncos de los árboles, que con el uso de ecuaciones matemática­s indican cuántos años tenía más o menos el espécimen cuando murió.

“Esa partícula nos puede decir de dónde vino, qué comía, a qué profundida­d exactament­e vivía: en un arrecife, en un manglar. Es bien grande la oportunida­d que nos da utilizar esa estructura, que en algunos casos puede ser tan pequeña como un grano de arroz y en otros un poco más grande que una canica”, dijo el biólogo.

Estudiar los otolitos, destacó, “es retador porque no hay mucha gente en el mundo que utiliza esta técnica para poner los nombres a los animales. Mi colega y amigo Orangel Aguilera, el autor principal de este artículo, es uno de los especialis­tas mundiales en la identifica­ción de estos organismos”.

Rodríguez precisó que su participac­ión en el estudio consistió en “la comparació­n de especies” actuales y fósiles en busca de caracterís­ticas comunes.

“Cuando nada ajusta nosotros yo diría que estamos, no un 100 % pero sí un 90 % seguros, frente a algo no descifrado por la ciencia, algo nuevo, como el caso de las dos especies que estamos nombrando ahora”, resaltó el biólogo panameño.

En el marco de este estudio “hace dos años publicamos sobre otras especies, en ese caso encontrada­s en Colombia, Venezuela y Panamá, de lo que se conoce como los pez globo”, y ahora “estamos trabajando en un espécimen fósil norteameri­cano que pensamos que puede ser, de hecho, un nuevo género. Estamos en los análisis preliminar­es”, reveló.•

Daño

Se trata de un gas que -en altos niveles- puede causar daños en los pulmones de las personas.

y un contaminan­te del aire que, en altos niveles, puede dañar los pulmones de las personas y a las plantas. Es un gas particular pues no hay emisiones directas, sino que se forma a partir de reacciones fotoquímic­as complejas con intensa luz solar entre contaminan­tes primarios.

El aumento de este gas en la parte más baja de la atmósfera terrestre se está produciend­o incluso cuando los controles más estrictos de las emisiones de precursore­s del ozono lo han reducido a nivel del suelo, señala la Universida­d de Colorado Boulder.

“Eso es importante porque significa que mientras tratamos de limitar nuestra contaminac­ión localmente, podría no funcionar tan bien como pensábamos”, dice Gaudel.•

 ?? EFE ?? Fotografía cedida por el Smithsonia­n de los otolitos, unos diminutos huesos presentes en el parietal de los vertebrado­s.
EFE Fotografía cedida por el Smithsonia­n de los otolitos, unos diminutos huesos presentes en el parietal de los vertebrado­s.

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