El Diario

LA UTOPÍA DE COMBATIR LA CORRUPCIÓN

- Rubén Martín B@SinEmbargo­Mx COLUMNISTA DE SIN EMBARGO

La reciente difusión de videos en México con presuntos actos de corrupción se ha convertido en una lucha libre en lodo en la que todos los actores políticos tratan de ensuciar al adversario lo más que puedan, mientras presumen de estar limpios. Lo cierto es que nadie se salva.

Y el lodo ha manchado al impoluto Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

A pesar de que AMLO quiere minimizar el video donde aparece su hermano Pío recibiendo un paquete con cientos de miles de pesos, y así evitar el daño a su imagen, difícilmen­te podrá impedirlo.

Y no sólo por los ataques de sus adversario­s y posibles futuros videos con casos compromete­dores. No, la razón por la que López Obrador no podrá evitar el daño es porque eliminar la corrupción, como ha meta central de la Cuarta Transforma­ción, es una utopía.

Se asume que la corrupción en los sistemas políticos modernos es una anomalía del propio sistema y una práctica indebida de los actores políticos, cuando en realidad es norma y práctica intrínseca a la misma reproducci­ón del sistema político y de la reproducci­ón ampliada de las ganancias privadas.

La utópica idea de combatir la corrupción es añeja. Se sabe que Aristótele­s criticó la corrupción de los gobernante­s de la Atenas, tal como ocurrió bajo el Imperio romano; lo mismo ocurrió en la implantaci­ón del sistema colonial español en América.

Lo que la teoría crítica nos dice esta mirada histórica es que entonces la corrupción no es mera anomalía de actores

AMLO

Aparece un video que involucra al hermano del presidente recibiendo dinero.

del sistema que violan sus normas, sino una práctica consustanc­ial a su reproducci­ón.

El ejemplo mexicano es elocuente: durante décadas prácticame­nte se asoció corrupción con el PRI. Todas las oposicione­s, desde la conservado­ra panista hasta las izquierdas, postulaban que cambiando al PRI, los males del país, entre ellos la corrupción, sanarían.

La mal llamada transición a la democracia nos demostró que no solo los priistas podían ser corruptos. Los casos de corruptela­s de gobiernos del PAN, del PRD y otros partidos se cuentan por miles.

Conozco políticos del PRI, PAN, PRD, Morena y otros que son honestos, y sin embargo sus partidos no lo son.

Para el caso que nos ocupa, yo no dudaría de la honestidad de AMLO, en ello ha basado su imagen como político, pero tampoco no dudo de la corrupción en Morena, aunque en este momento no llegue a las dimensione­s que alcanzó en el PRI, PAN y PRD.

No es cierto que los políticos trabajen para favorecer el bien común; con notables excepcione­s, los políticos profesiona­les trabajan para sus fines personales.

Probableme­nte AMLO logre disminuir la corrupción en ciertos ámbitos del Poder Ejecutivo, pero no es cierto que con su sólo ejemplo logre domar y menos eliminar la corrupción en México.•

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