Agentes federales intervienen en Kenosha para sofocar protestas raciales
hospital, podría quedar parapléjico.
Durante la pasada noche, cuando entró en vigor un toque de queda, los manifestantes se enfrentaron a la policía en las inmediaciones del edificio de tribunales del Condado de Kenosha, en el centro de la ciudad, lanzando botellas, piedras y bengalas a los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma.
Conforme fueron avanzando las horas, un grupo de manifestantes se trasladó a las proximidades de una gasolinera donde había varios hombres con armas de fuego, que aseguraron que estaban protegiendo la instalación y que empezaron a discutir con los participantes en la protesta, indicó el diario The New York Times.
Pasada la medianoche se registraron disparos fuera de la gasolinera, donde se registró el tiroteo que dejó dos muertos y un herido.
Las protestas se desencadenaron después de que un policía blanco disparase a Blake siete veces en la espalda el domingo cuando se alejaba de los agentes, sin aparentemente representar una amenaza, y abría la puerta de un vehículo SUV donde estaban sus tres hijos menores de edad, en una escena que fue captada por las cámaras de los teléfonos móviles de testigos.
El padre de la víctima, que se llama también Jacob Blake, lamentó que la policía disparara "siete veces, siete veces, como que él no importaba".
"Pero mí hijo sí importa", añadió. "Es un ser humano, y él importa".
Estos incidentes ocurren tres meses después de la muerte el 25 de mayo de George Floyd, un hombre de raza negra, asfixiado por un policía blanco, que presionó su rodilla contra su cuello durante 8 minutos y 46 segundos.
La muerte de Floyd detonó protestas multitudinarias y disturbios violentos en ciudades de todo el país.l
El despliegue fue dispuesto por el presidente Trump después que la violencia de los disturbios dejara al menos dos muertes en esta ciudad de Wisconsin