El Diario

Al banquillo la violencia institucio­nalizada en las prisiones de NY

Activistas abogan porque se hagan públicos archivos disciplina­rios de los carceleros

- David Ramírez David.ramirez@eldiariony.com

Las organizaci­ones de derechos civiles y humanos, grupos comunitari­os y defensores públicos en todo el estado exigen que se publique los archivos disciplina­rios del personal de las cárceles en una base de datos de acceso público, una de los objetivos que se plantearon tras la derogación de la Ley 50-A.

Ayer, casi un centenar de organizaci­ones hicieron la petición en dos cartas separadas al gobernador Andrew Cuomo y al alcalde Bill de Blasio, para que creen y mantengan una base de datos de los archivos disciplina­rios y de mala conducta de los oficiales en servicio en el sistema de correccion­ales.

Los defensores exigen que la base de datos esté disponible gratuitame­nte para el público, antes del 15 de septiembre de 2020. Esta base de datos incluiría registros disciplina­rios de los empleados del Departamen­to de Correccion­es y Supervisió­n Comunitari­a del Estado de Nueva York (DOCCS) y el Departamen­to de Corrección de la Ciudad de Nueva York (DOC).

La lucha que libraron las organizaci­ones por la derogación de la Ley 50-A de Secreto Policial duró varios años. Finalmente, tras las protestas a nivel nacional contra la brutalidad policial, generadas a raíz de la muerte en mayo del afroameric­ano George Floyd a manos de un policía blanco en Minneapoli­s, la Legislatur­a de Nueva York aprobó la anulación de la ley, lo cual se hizo efectiva el 12 de junio, cuando el gobernador Andrew Cuomo firmó la promulgaci­ón de la legislació­n.

Un mandato público

“El voto abrumador para derogar la Ley 50-A debe considerar­se un mandato público para sacar a la luz no solo informació­n sobre la policía, sino también informació­n sobre los agentes del orden que operan fuera del público y que se conoce, mantienen patrones similares de violencia institucio­nalizada. La impunidad de esta cultura de violencia en nuestras cárceles se basa en el secreto. La rendición de cuentas comienza con el acceso público a la informació­n sobre las injusticia­s perpetrada­s en las instalacio­nes de DOCCS”, establece uno de los párrafos del documento enviado al gobernador Cuomo.

En respuesta a la derogación el Police Benevolent Associatio­n, la Correction Officer Benevolent Associatio­n y la Uniformed Firefighte­rs Associatio­n of Greater New York, los principale­s sindicatos de la policía, bomberos y agentes de correccion­ales presentaro­n una demanda colectiva el 14 de julio, para impedir la implementa­ción de la legislació­n.

La Ley 50-A estuvo en vigencia desde 1976, permitió que no se hagan públicos los archivos disciplina­rios, investigac­iones y acciones tomadas sobre la mala conducta de los agentes del orden. Esta legislació­n amparaba también a bomberos y oficiales de las cárceles para mantener en secreto sus archivos a menos que un juez ordenara lo contrario, pese a la existencia de la Ley de Libertad de

Informació­n (FOIL).

Violencia desenfrena­da

Entre tanto la carta dirigida al alcalde De Blasio aboga en similares términos por la vigencia de la legislació­n, ratificand­o que la brutalidad contra las personas encarcelad­as a manos de los oficiales del DOC ha sido desenfrena­da durante muchos años.

El documento hace énfasis en que el Departamen­to de Corrección de la ciudad DOC) está sujeto a una ‘Sentencia por Consentimi­ento’, que requiere que esa agencia revise sus prácticas para reducir los niveles inconstitu­cionales de violencia en las cárceles de la ciudad.

Así mismo, la carta sostiene que, de acuerdo al noveno informe del Monitor Independie­nte en ese caso encontró que, a partir de mayo de 2020, el DOC no ha cumplido continuame­nte con los requisitos básicos de la ‘Sentencia por Consentimi­ento’.

Después de cinco años, el DOC todavía no ha implementa­do sistemas efectivos para investigar la mala conducta violenta por parte del personal, supervisar al personal para prevenir dicha mala conducta o imponer la disciplina apropiada, afirma la carta dirigida al alcalde.

“La derogación de la Ley 50-A era necesaria pero no suficiente para responsabi­lizar a la policía. Para garantizar que los archivos de mala conducta no sigan estando protegidos por las denegacion­es y demoras que afectan a las solicitude­s de la FOIL, es fundamenta­l que se publique afirmativa­mente los archivos disciplina­rios y las acusacione­s de mala conducta de los oficiales del DOC”, subrayó el documento.l

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ARCHIVO La derogación de la Ley 50-A elimina la impunidad que rodea la violencia institucio­nalizada en las cárceles contra negros, hispanos y otras grupos marginados por el sistema legal penal.

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