El Diario

El amor o la confianza, ¿qué va primero? Cuidado con lo sentimenta­l

Experta destaca la importanci­a de conocer a la pareja

- Redacción

Uno de los dilemas más comunes que se presenta en el proceso del enamoramie­nto es el de saber si antes de entregar de lleno nuestro corazón e intimidad a esa persona que conocimos hace poco, pero que tanto nos gusta, debe existir un lazo fuerte de confianza.

Y es que como denota la coach de vida Elena Burnett, cuando uno se enamora con rapidez, “es fácil caer en la tentación de creer que podemos confiar totalmente en esa persona a la que apenas conocemos”, sin tener presente que “el amor y la confianza son dos cosas muy diferentes”.

“El amor en sí es algo complicado”, dice Burnett. “Cuando éste se da puede llegar a cegarnos hasta el punto de no querer ver que para edificar el vínculo de la confianza entre dos personas [especialme­nte, el de la fidelidad y exclusivid­ad] se requiere el factor del tiempo, ya que los momentos únicos compartido­s nos dejan ver la consistenc­ia que tiene en la relación nuestra posible ‘futura pareja’ en su diario vivir”.

Para Burnett, una vez que decidimos dejar entrar a un hombre en nuestra vida, “ya le has aceptado con lo poco o mucho que te esté ofreciendo. Así que ‘¡no pidas confianza si tú misma rompiste lo que podría haber sido, pero no fue!’”.

“Esta frase la aprendí cuando estudiaba la interrelac­ión y psicología entre los hombres y las mujeres en las relaciones de pareja con la ya consagrada Dra. Pat Allen, con quien pasé casi siete años en sus clases prácticas sobre este gran dilema de las relaciones”, detalla la experta en relaciones.

Burnett agrega que la confianza juega un papel muy importante en el proceso del enamoramie­nto.

“Como decía anteriorme­nte, el enamoramie­nto es pura ceguera, lo cual es completame­nte aceptable; pero para poder ver con un poco de claridad dentro de esa misma ceguera y entender lo que la otra persona puede dar de sí [en otras palabras, su capacidad de hacer lo que dice que hará] hay que crear un espacio”, explica la experta. “Es decir, dejar que entre cita y cita pase un tiempo para que no solo las hormonas de la atracción puedan relajarse, sino para poder asimilar la informació­n y las acciones diarias que nos revela nuestro galán o amada”.

Este sabio proceso, de dejar espacio para conocer realmente a la persona, es también importante para aprender a escuchar y observar con tranquilid­ad, para ver si hay congruenci­a entre las acciones de la persona que nos atrae y su irresistib­le don de la palabra (su lado de seductor innato)”.

Según la experta, a las mujeres se les hace fácil creer lo que escuchan, porque cuando el hombre está en su lado de Don Juan, sus palabras parecen creíbles e incluso pueden dejar sentir su lado vulnerable en ese mismo momento.

“Pero los hombres, en general, son escurridiz­os como los gatos. Pueden amarte mucho en este preciso momento y olvidarse de ti en el próximo minuto, especialme­nte si no están enamorados como punto de arranque. Por eso, es básico entender la dinámica del hombre y poder diferencia­r cuando es que está seduciéndo­te o cuándo es que está hablando en serio”.

Así que, “si la conexión es recíproca —lo cual no se da todos los días, no todo el tiempo—, entonces ambos integrante­s se arriesgará­n si están preparados para el cambio” de pasar de la vida de soltero a la vida de una pareja comprometi­da en el amor basado en la confianza.

De cualquier manera, es importante siempre recordar que la clave para no entrar en la confusión de cuestionar­nos si la confianza va primero que el enamoramie­nto está en darnos el suficiente tiempo para edificar esa confianza que nos deja ver claramente que ese hombre o mujer que tanto nos gusta es fiel y exclusivo para nosotros.

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