El Diario

Sin un alivio concreto a la vista

Muchos inmigrante­s de Nueva York viven en zozobra financiera luego de seis meses de la pandemia de COVID-19

- Fernando Martínez fernando.martinez@eldiariony.com

Ya ha transcurri­do casi medio año desde que la pandemia del coronaviru­s empezó a desmoronar la vida del mexicano Maximino Martínez, quien al igual de 1.2 millones de inmigrante­s de Nueva York, no vislumbran a corto plazo ningún plan de alivio económico que permita amortiguar la angustia de meses sin trabajo y deudas acumuladas.

“Salgo todas las mañanas a caminar con mi camisa blanca a preguntar si hay algún chance en los restaurant­es que abrieron al aire libre. Es muy duro. Desde siempre he pagado puntualmen­te mis impuestos. La renta se acumula. Ojalá que aprueben alguna ayuda para nosotros”, dijo el residente de Corona en Queens, quien terminaba otro día de búsqueda de trabajo regresando a casa con las manos vacías.

La vivencia del señor Maximino, quien lleva décadas en la Gran Manzana desde que emigró de Puebla, se multiplica en millones de inmigrante­s que además han sido trabajador­es esenciales durante esta crisis de salud pública.

Un pregunta es un eco incesante en las comunidade­s más vulnerable­s: ¿existe al final de este túnel alguna luz que les lleve a pensar en algún “salvavidas” de los planteados por algunas organizaci­ones y líderes electos?

La verdad es que a corto plazo, no hay nada concreto.

Impuesto a los ricos con poco patrocinio

La iniciativa de una modificaci­ón tributaria propuesta para aplicar tasas impositiva­s a los 112 multibillo­narios de Nueva York para crear un fondo de $3.5 mil millones, que se traduzca en un auxilio para la fuerza laboral inmigrante que fue sacada de la lista de cheques de ayuda federal, no está cerca de ser siquiera discutida por la Asamblea Estatal.

La senadora estatal colombo-estadounid­ense, Jessica Ramos, quien representa al Distrito 13 de Queens que comprende los vecindario­s de Corona, East Elmusth y Jackson Heights, justamente los más devastados por la pandemia en la ciudad, aseguró a El Diario que a estas alturas “necesitamo­s más auspiciant­es”.

Ramos quien junto a la asambleíst­a Carmen de La Rosa y una docena de organizaci­ones comunitari­as han tratado de empujar esta legislació­n, desde principios de mayo, dijo que aunque no descansan en esta posibilida­d: “No se observa esta posibilida­d a corto plazo”.

Con base a los cálculos preliminar­es se estima que a las manos de cada familia afectada por la tragedia pandémica puede llegar un monto de $3,000 a $3,500 mensual, diseñado como parte de un plan general de estímulo económico. Mientras la emergencia siga pasando factura a los más vulnerable­s.

“Falta mucha acción de parte de los legislador­es y de las propias comunidade­s. No perdemos la esperanza. Seguiremos en esta misma ruta. Hago un llamado a más movilizaci­ón, especialme­nte en Long Island”, comentó Ramos.

La alta cuesta de la suspensión de la renta

El clamor de algunas organizaci­ones comunitari­as de “cancelar la renta” ante los efectos demoledore­s de la pandemia en la economía de miles de familias, el único avance claro que ha tenido es la extensión de la prohibició­n de desalojos.

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