¿Segunda ola?
¿Puede Nueva York mantener el virus a raya para siempre? A medida que el estado asume que tarde o temprano habrá una segunda ola, especialmente con la llegada del frío, los expertos señalan una serie de claves que podrían tornar la positiva situación de Nueva York en algo preocupante.
Por un lado, la llegada de personas procedentes de otros estados, que supone el 20% de las infecciones actuales. Por otro, la necesidad de intensificar el rastreo de positivos, uno de los puntos débiles en los que coinciden los epidemiólogos y que se agravará si se intensifica la propagación.
Ahora mismo, las personas que son contactadas por los rastreadores de la ciudad no comparten el nombre de otras personas a las que podrían haber infectado. Esto se traduce en que más de 12,500 personas, de un total de 22,000 que han dado positivo recientemente, no dieron información sobre sus contactos, mientras que las que sí aceptaron daban una media de dos a tres nombres.
La mayor parte de las veces los rastreadores no pudieron dilucidar cuántos casos nuevos tenían una conexión con un caso positivo anterior, una métrica clave de los expertos para evaluar cómo de controlado está un brote. Por último, Schlegelmilch es especialmente crítico con la respuesta federal a la pandemia, que considera que ha obstaculizado a los estados con “mensajes inconsistentes, falta de liderazgo y abierta hostilidad hacia ciertos gobernadores”, tres factores que a juicio del experto de la Universidad de Columbia son “contraproducentes”.