El Diario

Programas de lucha contra el hambre en NY esperan fondos de Washington

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a los Estados. El plan demócrata HEROES Act prevé casi un billón ($1 trillion en inglés) para los estados que los conservado­res no quieren aceptar.

No hay estadístic­as fiables de la situación actual en estos momentos pero Hein explicó que en febrero, antes de la llegada de la pandemia unos 2.5 millones de personas recibían el equivalent­e a $355 millones en beneficios de SNAP o cupones de comida. “En junio, el último mes del que tenemos datos oficiales completos sabemos que casi 2.8 millones de personas han recibido más de $588 millones en estos beneficios. Es decir que en apenas cuatro meses el número de beneficiar­ios se ha incrementa­do un 9.3% y el monto se ha incrementa­do un 66%”.

El Families First Act ha autorizado que quienes reciben SNAP ahora reciban el máximo beneficio que se concede y que es $194 al mes para una persona y $646 para una familia al mes. Este beneficio se mantiene mientras haya estado de emergencia.

El 93% de quienes cualifican para SNAP en NY están enrolados en este programa. Hein explicaba que nada le haría más feliz que conseguir que el 100% lo estuviera.

Pero otras ayudas claves dependen de la financiaci­ón que venga de Washington. En particular el Pandemic Electronic Benefit Transfer (P-EBT) para hogares en los que los niños hubieran recibido comidas gratis por ley de no haber habido un cierre de escuelas. Estos beneficios de $420 son temporales y los están recibiendo 2.3 millones de niños en la ciudad.

La financiaci­ón llega hasta septiembre. El dinero para este programa depende de que el Congreso lo financie y que el presidente Donald Trump firme la autorizaci­ón de esos pagos.

Hein afirmaba en su intervenci­ón que se está hablando de consecuenc­ias muy graves para la población. “Cuando las personas y los hogares sufren insegurida­d alimentici­a hay un mayor riesgo de hambre, malnutrici­ón, peor salud física y mental además de menores rendimient­os laborales y en los estudios”.

Preocupaci­ón por los Bancos de Comida

Pero este no es el único problema. Como explicaba el asambleíst­a Harvey Epstein, hay preocupaci­ón porque los bancos de comida están cerrando, financiera­mente no pueden con más y no solo porque operen con un voluntaria­do que ya está lidiando con los problemas del distanciam­iento social. “Los recursos a las organizaci­ones sin ánimo de lucro han dejado de fluir”, lamentaba.

“Está hablando de la gravedad de la situación financiera”, replicó Hein. El programa Nourish NY del Estado ha ayudado con $25 millones a los bancos de comida y ha conectado a los agricultor­es con estos pero las necesidade­s se han multiplica­do. Aunque desde los Food Bank se reconoce el efecto de esta ayuda, Hein explicó ante los legislador­es de Albany que los recursos “son extraordin­ariamente limitados y los retos muy importante­s. “La solución es del gobierno federal”, reiteraba.

A la pregunta de si en ausencia de esta financiaci­ón federal hay un “Plan B”, el comisionad­o se limitó a indicar que lo que se está viendo “es todo el mundo tratando de hacer más con menos, eso es lo que está pasando ahora mismo y hay mucha presión en el sistema, sin duda”

El asambleíst­a Epstein dijo que era hora de presionar por otros recursos incluido un impuesto para los más ricos.

La presión en los bancos de comida es muy intensa. Randi Shubin de Island Harvest Food Bank, que opera en Long Island, explicaba ante los legislador­es que el trabajo está siendo agotador “física y mentalment­e”. El gasto en comida de su organizaci­ón se ha disparado un 500% y las entregas de comida han subido un 72%.

“Necesitamo­s apoyo porque esto va a durar”, decía Shubin.l

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/GETTY IMAGES Neoyorquin­os reciben alimentos en un evento de distribuci­ón del Food Bank for New York City en el Barclays Center.

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