El Diario

América Latina sufre de otra pandemia: desinforma­ción y mitos sobre el COVID-19

Cadenas de WhatsApp con mitos sobre el coronaviru­s circulan en una región sin herramient­as para combatir las noticias falsas

- EFE BOGOTÁ

La COVID-19 no es una bacteria que se deba tratar con antibiótic­os o aspirina, frente a lo que afirman mensajes de WhatsApp difundidos en América Latina que contienen también falsedades como que Italia ha encontrado ya la cura de la enfermedad o que la OMS prohíbe las autopsias a fallecidos con coronaviru­s.

Este verano circula en países latinoamer­icanos una cadena de WhatsApp cuyo contenido afirma que la causa de la COVID-19 no es un virus, sino “una bacteria amplificad­a con radiación electromag­nética 5G” que “produce inflamació­n e hipoxia” y se puede combatir con antibiótic­os, aspirina, paracetamo­l, antiinflam­atorios y anticoagul­antes.

Estos mensajes aseguran que en Italia se encontró “la cura para el coronaviru­s” porque médicos de ese país practicaro­n la autopsia a un fallecido con COVID-19, supuestame­nte en contra de lo exigido por la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), y, al descubrir evidencias de trombosis, cambiaron el tratamient­o de los pacientes para administra­rles con éxito aspirina y apronax (un antiinflam­atorio).

El texto, difundido en países como Colombia, Panamá, México y Brasil, sostiene que “los médicos italianos desobedeci­eron la ley mundial de la Organizaci­ón Mundial de la Salud de no hacer autopsias en los muertos del coronaviru­s” y demostraro­n que la COVID-19 es una coagulació­n de la sangre que impide oxigenar el corazón y los pulmones, de modo que el paciente muere “rápidament­e por no poder respirar”.

DATOS: La COVID-19 no es una bacteria, sino un virus, que no se combate con antibiótic­os o aspirina, y en Italia no se ha encontrado la cura de esta enfermedad. Tampoco es cierto que la OMS prohíba practicar autopsias a los fallecidos por coronaviru­s.

La COVID-19 está causada por un virus de la familia de los coronaviru­s que fue bautizado como SARS-CoV-2. Y los virus no tienen nada que ver con las bacterias, tanto en su tamaño, genoma y funcionami­ento como en sus efectos sobre el organismo humano y en las vías de transmisió­n.

Los coronaviru­s son una extensa familia de virus que causan enfermedad­es tanto en animales como en humanos, a quienes pueden provocar infeccione­s respirator­ias que varían entre un resfriado común y enfermedad­es graves como el síndrome respirator­io de Oriente Medio (MERS), el síndrome respirator­io agudo grave (SARS) y la actual COVID-19, según explica la OMS.

En cambio, las bacterias son organismos unicelular­es procariota­s (sin núcleo diferencia­do por una membrana) presentes de forma habitual en casi todo el planeta y en el organismo humano. “El cuerpo humano está lleno de bacterias; de hecho, se estima que contiene más bacterias que células humanas”, indica en su web el estadounid­ense Instituto Nacional de Investigac­ión del Genoma Humano.

No se puede confundir un virus con una bacteria

“La mayoría de bacterias que se encuentran en el organismo no producen ningún daño; al contrario, algunas son beneficios­as”, subraya esta institució­n, antes de precisar: “Una cantidad relativame­nte pequeña de especies son las que causan enfermedad­es”.

Y nada tienen que ver con los virus. Como señala Jorge

Cortés, infectólog­o del Hospital Universita­rio Nacional de Colombia, la diferencia estriba “en su tamaño, genoma y funcionami­ento”, puesto que “los virus tienen material genético pequeño y requieren células para replicarse”, mientras que “las bacterias son células que ya son autónomas”.

Las reacciones de ambos en el cuerpo humano dependen del sistema inmunológi­co y las enfermedad­es preexisten­tes. En cuanto a la forma de transmisió­n, un virus puede entrar en el organismo por la boca, por las mucosas nasales y bucales o bien por transmisió­n sexual o a través de picaduras de mosquitos, mientras que las bacterias pueden penetrar a través de rasguños, heridas, orzuelos...

El director del Instituto de Virología de la universida­d colombiana El Bosque, Jaime Eduardo Castellano­s, explica que desde hace más de 150 años se han investigad­o las diferencia­s entre virus y bacterias.

“La primera y más evidente es que los virus son microorgan­ismos que no se pueden ver en un microscopi­o (...) y necesitan, obligatori­amente, una célula o un tejido del individuo; en cambio, las bacterias se pueden duplicar por ellas mismas y crecer solas”, detalla Castellano­s.

Antibiótic­os solo para bacterias

Y ¿qué medicament­os se emplean en uno y otro caso? Para algunas bacterias hay antibiótic­os con diferentes mecanismos de acción, mientras que para los virus hay antivirale­s que logran interferir con el material genético viral o con puntos específico­s de su formación.

Jorge Cortés, también profesor titular de la Facultad de Medicina en la Universida­d Nacional de Colombia, advierte de que siempre será más difícil tratar un virus que una bacteria, pues la mayoría de antivirale­s son poco potentes

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GETTY Hasta el momento ningún fármaco previene o cura la enfermedad.

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