256
casos positivos
acumulados de COVID-19 en los centros de reclusión de la ciudad de Nueva York en los test efectuados entre el 5 de septiembre y el 11 de septiembre, el promedio mensual de infectados desde que se inició la pandemia es de 300 pacientes.
Reportan que el 80% de las muertes en las correccionales han sido de negros e hispanos, en su mayoría mayores de 50 años
Mientras por un lado coaliciones que defienden los derechos de la población carcelaria y sindicatos de empleados de estos recintos condenan la forma cómo las autoridades de Nueva York han manejado la crisis del COVID-19 en las prisiones, particularmente con los adultos mayores, por otro lado funcionarios del Departamento de Correccionales y Supervisión Comunitaria del Estado (DOCCS) defienden a capa y espada la respuesta que han dado a la pandemia.
En el centro de esta espinosa controversia, una comisión del Senado estatal convocó a una sesión virtual ayer para tratar de perfilar cómo estas instalaciones podrían actuar ante una probable segunda ola de contagios, cuando hoy las estadísticas apuntan a que el 80% de los muertos en las cárceles durante el pico de la crisis de salud pública en la primavera fueron negros e hispanos, en la mayoría de los casos de la tercera edad y con enfermedades preexistentes.
“Queremos tener un balance exacto de esta realidad, para luego de esta sesión avanzar en posibilidades legislativas que protejan a nuestra población carcelaria más vulnerable, de esta o cualquier otra pandemia”,