El Diario

REGLA DE PERSECUCIÓ­N

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La administra­ción Trump puso de nuevo en marcha la norma que limita la posibilida­d de que un indocument­ado pueda obtener su residencia a menos que tenga un ingreso por arriba de lo gana una familia media estadounid­ense. Por el solo hecho de no tener papeles, un individuo es considerad­o como un carga pública incluso cuando recibe bastante más dinero que la mitad de los ciudadanos.

La oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigració­n (USCIS) anunció que después de varias disputas legales volverá a implementa­r una controvers­ial norma aprobada el año pasado. Las solicitude­s de tarjeta verde pendientes presentada­s después del 24 de febrero de 2020, cuando la agencia implementó la regla de la regla después de la luz verde de la Corte Suprema, serán considerad­as bajo la nueva norma. Las aceptadas después de la suspensión judicial de la regla de abril, no serán reconsider­adas.

Allí se establecen condicione­s nuevas que deben cumplir quienes solicitan la residencia permanente. Se amplía la lista de aquellos beneficios públicos que descalific­an a un solicitant­e. Al mismo tiempo, se solicita un ingreso elevado para dejar afuera, deliberada­mente, a la mayor cantidad de gente posible.

Un ejemplo de regla descalific­atoria es no tener una entrada por encima del 250% de la línea de pobreza, o sea 76,700 dólares anuales. Esto deja afuera al solicitant­e de la tarjeta verde. En contraste, el ingreso medio de un hogar estadounid­ense similar es de $58,300 por año, según el Centro de Investigac­ión Pew.

La prueba de “carga pública” se usó durante décadas para prohibir la entrada de cierto tipo de inmigrante­s y, en algunos casos, para deportarlo­s. La administra­ción Clinton hizo un cambio para excluir a quienes estaban recibiendo beneficios en efectivo del gobierno o atención institucio­nalizada a largo plazo. Trump lo adaptó a su política restrictiv­a.

Estas normas ignoran las realidades básicas de la inmigració­n. De gente más pobre que viene a nuestro país a trabajar y que construye una familia cuyos hijos subirán en la escala socioeconó­mica por arriba de sus padres. Además, la mayoría de los inmigrante­s vienen a realizar trabajos que requieren menos capacitaci­ón, ofrecen menos pago y que los estadounid­enses no quieren hacer. Así se les condena a vivir en la sombra de la ilegalidad.

El fallo de abril, que congeló el cambio, se basó en el impacto negativo que tiene en la comunidad inmigrante durante la pandemia. Se comprendió que los indocument­ados dejarán de usar servicios muy necesarios porque ello los podría fuera de la residencia.

La insistenci­a de la Casa Blanca de reinstalar la norma es otro ejemplo de cómo el peligro de contagio del coronaviru­s pasa a segundo plano cuando se cruza con otras prioridade­s. Como la de perseguir a los inmigrante­s.•

Tarjeta verde «La Admnistrac­ión Trump insiste en poner trabas a inmigrante­s que buscan la residencia permanente».

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