El Diario

OTRA MUESTRA DE HOSTILIDAD

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Donald Trump no es el presidente de Estados Unidos. Lo es de nombre, pero gobierna para los estados rojos, republican­os, y está en guerra con los azules, los demócratas. Así lo dicen sus palabras y sus acciones.

La declaració­n de ciudades de declarar oficialmen­te a ciudades en estado de anarquía, como Nueva York, es un nuevo ejemplo. Esta acción refleja el autoritari­smo divisivo de su gobierno. Establece reglas para castigar a quienes no están con él.

En este caso primero se inventa un memorándum donde decide que no dará fondos a las “zonas donde no prevalece la ley” para no “desperdici­ar” fondos. Luego dice como las autoridade­s locales deben manejar a la policía. Dejarla actuar y protegerla

Ojalá Trump se hubiera preocupado por la gente ante la pandemia de coronaviru­s de la misma manera que lo hace con la policía. No hubo memorándum para proteger vidas ni recomendac­iones escritas como lo hay ahora para defender la propiedad y los agentes del orden.

Segurament­e no habríamos superado los 200,000 muertos si la Casa Blanca hubiera actuado de la misma manera que lo hace con la policía en vez de dejar a los estados y las ciudades a la buena de Dios en el peor momento. Los neoyorquin­os lo saben muy bien.

Esta intervenci­ón del gobierno es injustific­able. Es cierto que la violencia aumentó en Nueva York, como Portland y Seattle, las otras ciudades declaradas anárquicas. En ningún caso las institucio­nes locales estatales ni hay un quiebre social. Hay más protestas y en algunos casos más muertos de bala. sta es una cuestión de seguridad pública que pertenece al ámbito local. Los votantes van a tener su oportunida­d de castigar a sus alcaldes y funcionari­os municipale­s según su actúen en estos momentos.

Trump necesita enemigos y su ciudad es un blanco preferido. Dijo que no manejaron bien la pandemia, los castiga por como trata a los indocument­ados, por cómo administra sus elecciones y

Elas violencia. Esta misma crítica se repite para los estados azules, esos que según dijo, sus números de la pandemia serían buenos si no fuera por los muertos de allí.

No hay nada seguro de que la amenaza de cortar fondos federales se haga realidad. El impacto sería terrible. Pero esta parece ser otra bravuconad­a de un buscapleit­os que no existe sin enemigos que atacar. lguien que desde el twitter grita “Ley y Orden” como un dictador facista, a pocas semanas de la elección. Durante años encendió la hoguera de la tensión racial y hoy le echa más gasolina para que estallen los conflictos. Si el mandatario realmente quiere la seguridad pública habría trabajado con las autoridade­s locales en vez de enfrentarl­as desde el primer momento en que surgieron las protestas. En cambio solo tiene hostilidad para sacar rédito político a costa de las áreas gobernadas por demócratas.

Trump es el presidente de los republican­os y nadie más.•

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