El Diario

CAMPAÑA SUCIA

- Jorge Delgado jorgemarde­lgado@yahoo.com COLUMNISTA

En marzo de 2020, Tara Reade, una ex asistente de Joe Biden lo acusó de un supuesto asalto sexual ocurrido en 1993. Después de las investigac­iones se llegó a la conclusión que las alegacione­s de la señora Reade eran simplement­e falsas.

Varios meses después estamos frente a otra historia de similar naturaleza.

Ahora el escándalo gira alrededor de una computador­a portátil que supuestame­nte pertenece a Hunter Biden y en el que se hallaron correos compromete­dores que vinculan al hijo de Joe Biden con tráfico de influencia­s.

Aparenteme­nte Hunter Biden, quien vive en Los Angeles, viajó varios miles de kilómetros a Wilmington, Delaware, para dejar 3 computador­as de su propiedad - con abundante material compromete­dor - en una pequeña tienda de reparacion­es de equipo electrónic­o y nunca regresó a retirarlas. El propietari­o John Paul Mac Issac luego entregó las computador­as al FBI y se quedó con una copia con la informació­n que luego facilitó a Rudy Guiliani. La historia es de por sí absurda por varias razones.

Cualquiera con un mínimo de sentido común sabe que a este nivel, los ejecutivos y políticos se manejan con mucho cuidado y cuentan con equipos de especialis­tas que se hacen cargo de cualquier requerimie­nto técnico.

Segundo, ¿Porqué New York Post publica fotos de los supuestos correos y se niega a facilitar a las autoridade­s los enlaces directos a estos?

Adicionalm­ente, hay informació­n de organismos de inteligenc­ia que señalan sin dubitación alguna que estos

Patrañas

Hasta ahora no le han dado resultado a Trump.

supuestos correos electrónic­os son parte de una red de desinforma­ción manejada desde Rusia.

Especialis­tas en informátic­a, en asesoría política, y en comunicaci­ón social, así como en inteligenc­ia encuentran la historia del New York Post muy poco creíble e imposible de verificar hasta ahora.

Oportuno recordar como van “El mayor escándalo político de la historia de EEUU” según Trump, “Obamagate”; y el “unmaskedga­te”.

El primero ha arrojado después de 17 meses de investigac­iones - una sanción administra­tiva para un funcionari­o menor del buró federal de investigac­iones por alterar el texto de un correo electrónic­o en un reporte. Y aunque la investigac­ión no ha concluido, el obsecuente fiscal general que ha cometido hasta ahora varios crímenes por proteger a Trump, ha sido enfático en señalar que no se espere el procesamie­nto de ningún funcionari­o de la administra­ción de Obama.

El segundo caso, el acto de desenmasca­rar la identidad del general Flynn en la investigac­ión de sus ilícitos ha sido archivado silenciosa­mente por no haberse encontrado ninguna conducta inapropiad­a en el proceso legal realizado por la administra­ción de Obama.

Faltan casi 3 semanas para las elecciones presidenci­ales, vamos a ver con que otras patrañas sale el “consiglier­e” Guiliani. Por lo pronto esta parece habérseles caído.•

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